ZENIT
Nro. 550 - AÑO 37
DIRECTOR: GUILLERMO ALCAZAR RIVERA
EDITORIAL:
Elecciones en Lima - Más compromisos
directos y menos generalidades.
POR: LA REPUBLICA.
Este domingo 24 de noviembre más de 6 millones de limeños
están llamados a las urnas en las Nuevas Elecciones de la Municipalidad
Metropolitana de Lima para reemplazar a los 22 regidores cuyo mandato fue
revocado en la consulta popular del 17 de marzo de este año. Los elegidos
reemplazarán a los regidores vacados en marzo; en las elecciones compiten siete
organizaciones políticas: Acción Popular, Partido Humanista Peruano, Partido
Popular Cristiano, Perú Posible, Somos Perú, Siempre Unidos y Tierra y Dignidad.
Es preciso recordar que los impulsores de la
revocatoria de marzo fallaron en su principal empeño que fue retirar del cargo
a la alcaldesa de Lima, Susana Villarán; no obstante, les dejaron a la ciudad y
a los electores un problema: la sucesión de los regidores vacados por 22
accesitarios que estarán en el cargo hasta el domingo, en tanto que sus
reemplazantes estarán en funciones 13 meses.
Esta perversión de la representación, que consiste en el
deterioro del cuerpo edilicio metropolitano, es una herencia de los revocadores
que pagará la ciudad. Por esa razón es entendible, por una sucesión de
inconsecuencias, que los tres principales partidos revocadores no participen en
las elecciones del domingo y sí lo hagan los que estuvieron en contra de la
aventura del grupo que puso en jaque a la ciudad por unos meses.
La campaña electoral de este inédito proceso ha sido
entendiblemente precaria, sin ideas sustantivas porque en juego no se encuentra
directamente la alcaldía de Lima, de modo que los aspectos más relevantes de
estas semanas han sido las rencillas personales de los regidores. En todo caso,
la competencia de los grupos solo ha servido para reiterar que el programa
máximo de los grupos opositores busca alcanzar la mayoría en el Concejo
Metropolitano con el propósito de ejercer un mayor control político y
fiscalizar.
Extraña esta falta de ideas de los partidarios y críticos
de la actual gestión municipal. Daría la impresión que, por un lado, la comuna
limeña tiene todos sus problemas resueltos, que ni siquiera merece realizarse
un balance del período 2011-2013. Eso vale también para los detractores que no
han podido colocar una sola idea fuerza en la campaña.
La realidad, sin embargo, indica otra verdad, la
de una ciudad que con dificultades ha echado a andar reformas sustantivas,
especialmente en tres áreas: transporte público, infraestructura y comercio
mayorista. Estas
reformas son embrionarias y están sometidas al fuego graneado de los sectores
que a ellas se oponen por intereses económicos o políticos. En lugar de eso, la
mayoría de listas ha hecho propuestas tan genéricas como “más obras” o el
rescate del “Plan Bratton” elaborado para el uso de quien tiene en sus manos la
seguridad ciudadana, es decir la Policía Nacional y no las municipalidades.
Las necesidades de la comuna limeña son más puntuales que
las generalidades de los grupos que compiten de cara a los comicios del
domingo. Se requiere que no se regatee apoyo político a la administración
municipal para culminar, por ejemplo, la concesión de los corredores
complementarios para los que han calificado 21 consorcios, la culminación del
túnel de la Vía de Evitamiento a fines del 2014, el cierre definitivo de La
Parada y la habilitación también definitiva del Mercado Mayorista de Santa
Anita y el reinicio del sistema de control de la velocidad en las vías rápidas
paralizado por el problema de las papeletas mal impuestas. La ciudad requiere más compromisos directos que esta campaña no ha
satisfecho.
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