LOPEZ MENESES Y EL
TERREMOTO POLICIAL
Estas últimas semanas hemos tenido un serio revival a los
años 90: Martha Chávez hablando de derechos humanos en el estilo que ya le
conocemos, Alberto Fujimori negando su responsabilidad penal por delitos por
las que ya fue condenado, una vocera mediática cercana al fujimorismo
defendiendo a Ernesto Schutz y la portada de La Razón de hoy acusando de “pro
terrucos” a quienes votaron por desactivar el grupo de trabajo en derechos
humanos del Congreso de la República.
Pero hoy, un destape de Willax que recoge hoy El
Comercio pasa las cosas a castaño aún más oscuro.
Esta mañana, salieron publicadas en El Peruano las
resoluciones de relevo del general Luis Praeli, jefe de la Región Policial Lima
y otros 5 altos mandos de la Policía Nacional. El motivo aducido en las
resoluciones, firmadas por el ministro Wilfredo Pedraza, fue “asignar de manera
indebida seguridad domiciliaria a personas no contempladas en las normas
legales”.
En realidad, se trataba de una persona: Oscar López
Meneses.
MEMOREX: ¿QUIEN ES LOPEZ MENESES?
Como recuerda bien El Comercio:
El nombre de Óscar López Meneses estuvo estrechamente
vinculado en la década pasada al de Vladimiro Montesinos. Ex operador del
‘Doc’, nexo de los denominados congresistas tránsfugas con el SIN, condenado
por tenencia ilegal de armas, sentenciado por haber recibido dinero del ex
asesor presidencial y acusado de haber ocultado equipos de interceptación
telefónica.
El nombre de López Meneses también sonó fuerte durante
toda la década pasada. En particular al gobierno aprista, pues se le vinculó,
entre otros funcionarios, al exministro José Antonio Chang y, además figuró en
el famoso almuerzo en el restaurant Fiesta en el que departía junto a
Agustín Mantilla, dos altos miembros del Ejército Peruano y un candidato al
Tribunal Constitucional. El ampay fue obra de Paola Ugaz y de Oscar
Medrano, fotógrafo de Caretas (López Meneses es el que aparece con el número 2 en
la foto)
LA POLICIA Y LOPEZ MENESES
La denuncia de Willax no sólo apunta a la custodia de la
casa de López Meneses (y a la de su padre), sino a un estrecho vínculo entre
Praeli y el controvertido personaje. Según lo que dijeron los periodistas
encargados de la investigación, la pista inicial fueron las versiones de
oficiales en retiro que indicaban que Praeli se jactaba de sus conexiones con
OLM y que las mismas lo ponían en buen pie ante Adrián Villafuerte, el
asesor en temas de seguridad de Palacio de Gobierno. Incluso se ha hablado de
una supuesta reunión López Meneses - Villafuerte en un restaurant de la Avenida
del Ejército, desmentida por este último (ver más adelante).
Pero lo que le terminó de poner la soga al cuello a
Praeli fue el siguiente hecho:
El pasado viernes 8, López Meneses estuvo entre los
invitados a la ceremonia por el aniversario 22 de la VII Dirección Territorial
Policial. El anfitrión fue el general Praeli. Lo que llama la
atención es que López, quien tiene una condena vigente de cuatro años de
prisión suspendida, se dio el lujo de departir con las principales autoridades
policiales e incluso de compartir tribuna con el propio ministro del Interior,
Wilfredo Pedraza.
Lo cierto es que, para todo fin práctico, la carrera de
Praeli está liquidada. De hecho, desde hace semanas el exministro del Interior
Remigio Hernani denunciaba que el domicilio del propio general tenía custodia
permanente, lo que no era permitido por las normas vigentes.
LAS REACCIONES
El terremoto ha sido fuerte y así lo confirman dos
hechos. De un lado, Wilfredo Pedraza ha declarado a todos los medios desde
las 7 de la mañana, expresando su indignación, blandiendo las resoluciones
de relevo e indicando que Humala está bastante mortificado con el tema. Hasta
allí, todos suponíamos que estábamos ante la típica reacción del Ministro del
Interior, para poner paños fríos al asunto.
Pero el calibre del sacudón lo comprobamos a las 10 de la
mañana, cuando, de modo sorpresivo para todos, Adrián Villafuerte dio sus
primeras declaraciones públicas en lo que va del gobierno, en entrevista
con RPP. Allí negó que tuviera injerencia en los temas policiales, así como la
mentada reunión con López Meneses.
El problema para Villafuerte es que su credibilidad es
bastante baja, pues todos han recordado que fue edecán de César Saucedo, así
como su perfil demasiado bajo para un funcionario público de confianza. Y el
hecho que haya tenido que salir indica que el nivel de malestar de Humala es
bastante fuerte.
LOS DOS PROBLEMAS DE FONDO
Más allá del escándalo, hay dos problemas de fondo en
este caso. De un lado, la necesidad de refundar la Policía Nacional en serio.
Durante las últimas semanas, Carlos Basombrío ha presentado una serie de
medidas fuertes, pero justas y democráticas, para hacer una depuración a fondo
de la institución, así como para enfrentar la corrupción. Y ello implicará,
probablemente, un recambio en el sector para que el siguiente ministro tenga
liderazgo político para emprender esta tarea. El caso de Praeli es uno de los
más graves en la Policía, pero los ciudadanos de a pie tenemos que lidiar con
pedidos de soborno por posibles infracciones de tránsito o para “agilizar
trámites en la comisaría” que son pan de cada día.
El segundo problema es la presencia de personas ajenas
a la Policía con cierto manejo en la institución. Que una persona como
López Meneses, que ha sido operador en un gobierno corrupto (y ha sido
condenado por ello) tenga las facilidades para operar en dos gobiernos
democráticos nos da un indicador de la pobre institucionalidad que tenemos. Y
que sean varias las acusaciones sobre supuestas injerencias de Villafuerte en
ascensos y decisiones policiales implican que hay un embudo en temas de
seguridad que es tolerado por el Presidente de la República. Y ya va siendo
hora que Ollanta Humala tome una decisión sobre la transparencia y/o la
continuidad de su hombre de confianza.
FUENTE: José Alejandro Godoy
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