Intelectuales acartonados
…tenían la soberbia
de creerse los únicos intelectuales del país y despreciaban al resto porque no
eran marxistas, una izquierda acartonada.”
Ollanta Humala,
entrevista con El País
En junio del 2006, apenas
conocidos los resultados de la segunda vuelta que daban por ganador a Alan
García, acudí al local de la campaña de Ollanta Humala en la avenida Parque Sur
en los límites entre San Borja y San Isidro. Iba a expresar mi solidaridad y
felicitación por lo que consideraba una buena batalla, pero en esos momentos ya
se estaba produciendo el primer desenlace en la relación con personajes como
Torres Caro, Espinoza y otros que lo tomaron como pretexto la propuesta de
Carlos Tapia para forjar un frente más amplio para el siguiente período como
una desviación al extremismo, cuando adonde estaban apuntando era a conciliar
con los nuevos gobernantes.
Esa misma tarde. Humala me
invitó a trabajar con él, que equivalía a presentarle mis ideas todos los días
temprano por la mañana para evaluar la coyuntura política y definir líneas de
acción. Entiendo que hubieron muchos otros casos en que se repitió esta forma
casi espontánea de armar un compromiso político pensando que había un largo
camino por recorrer. En torno a Ollanta circulaba una gran cantidad de gente
proveniente de la izquierda, entre ellos algunos de los mejores intelectuales,
dirigentes sociales y mucha militancia de base. Nunca vi a nadie ser soberbio
al punto de despreciar otras ideas diferentes. Al contrario aprecié personas
dispuestas a discutir una y otra vez sobre temas como el del gas de Camisea, el
modelo minero-exportador, los TLC; las fronteras con Chile, la Comisión de
Verdad y la guerra interna, hasta alcanzar criterios comunes.
Tampoco tuve ocasión de
presenciar alguna vez que Ollanta dijera algo del supuesto acartonamiento de
las personas con las que fue elaborando su propuesta de gobierno. Al contrario
lo que ocurrió –y nunca debió ser así-, es que el nacionalista dejó en las
manos de los profesores redactar el Programa de la Gran Transformación que se
dio por aprobado apenas fue entregado. Había un obvio pragmatismo y una ingenuidad
de la otra parte de creer que la entrega del documento ante el JNE generaba una
obligación de respetarlo como la propuesta que se le hacía al pueblo peruano.
En el verano del 2011, en plena campaña, la lógica de OHT era ir dejando
pedazos del programa para evitar temas polémicos (por ejemplo la reforma
tributaria), lo que sólo al final se evidenció como un cambio de identidad
política.
¿De dónde sacó Ollanta que
los intelectuales de izquierda son soberbios con los que no son marxistas, como
sería su propio caso? En realidad eso nunca estuvo en la mesa de sus relaciones
con la izquierda. Tal vez cuando cambió a Félix Jiménez por Castilla, empezó a
descubrir nueva ideas. Pero decir que esas que hoy dirigen el Estado no son
soberbias o acartonadas es demasiado.
28.06.13
Raúl Wiener Periodista,
Analista Político y Económico peruano. Fue periodista en el desaparecido diario
“El Observador” (1981-1984), jefe de la página económica, jefe de redacción y
subdirector. Dirigió la revista “Amauta” (1988-1992)y participó en otros
proyectos periodísticos. Actualmente es Jefe de la Unidad de Investigación del
diario “La Primera” .
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