Fue el 10 de abril, día 26 del estado de emergencia, cuando, al anunciar la creación de un comando para el levantamiento de cadáveres, el ministro de Salud, Víctor Zamora predijo dónde matará la pandemia en los duros días que enfrentamos hoy: “Un grupo [de ciudadanos] va a morir en el hospital; otro, en la calle, en albergues o en sus casas”.
Pero, ¿sabemos realmente cuántos
fallecidos por COVID-19 hay en el Perú? Mientras el Minsa, hasta el 27 de
abril, calcula 782 fallecidos por COVID-19 a nivel nacional, IDL-Reporteros
comprobó —al analizar los registros de los crematorios que más cadáveres
incineran en Lima y Callao— que la cifra de muertos del Gobierno es muy
inferior a la cantidad de ciudadanos que, luego de morir en un hospital o
clínica, en su casa o en la calle, y ser cremados como casos COVID-19, vuelven
a sus familias como ceniza.
Mortuorio del Hospital de Emergencias de Villa El Salvador. Viernes 23 de abril, 11pm. (Foto: Omar Lucas/IDL-Reporteros)
EL SUBREGISTRO DE MUERTOS
Así, para verificar la magnitud de dicho
subregistro, IDL-R contrastó el reporte de fallecidos de la Sala Situacional
COVID. La fecha de corte de la
comparación fue el 24 de abril, cuando la cifra oficial fue de 290 muertos por
COVID-19 en Lima y 40 en el Callao, y 634 a nivel nacional.
Luego comparamos esos datos con el
registro de Piedrangel, el crematorio que más fallecidos por COVID-19 recoge e
incinera en Lima y Callao. Entre el 20 de marzo y el 20 de abril, este
crematorio —ubicado en el cementerio PNP Santa Rosa, en Chorrillos— incineró
1,005 cadáveres entre confirmados y sospechosos de COVID-19, en Lima y Callao:
818 murieron en un centro público de salud, 16 en hospitales de la Policía
Nacional y las Fuerzas Armadas, 153 en un domicilio o en la vía pública, 16 en
centros privados de salud, y 2 en prisión.
Desde la fecha en que Piedrangel
incineró al primer peruano que falleció en su casa por coronavirus, el 19 de
marzo, —un hombre de 69 años, que murió solo en su departamento de Miraflores—,
los tres hornos de este crematorio incineraban entre 15 y 18 cadáveres a
diario. Desde el 16 de abril, sin embargo, comenzaron a cremar entre 45 y 50
cuerpos cada día.
“Tenemos las dos cámaras llenas”,
dijo a IDL-R Henry Gonzáles, gerente
general de Piedrangel, quien entre el 20 y 24 de abril había contabilizado más
de 300 muertos. “No hemos recibido cadáveres desde el sábado. Los mortuorios de
los hospitales deben estar rebalsados de cadáveres. La semana que viene y las
dos posteriores serán las más críticas”. Por eso, esta semana, que se supone es
cuando más enfermos de COVID-19 fallecerán en casas, calles y hospitales,
Piedrangel tiene planificado instalar de dos a cuatro hornos más para poder
cubrir el servicio.
A su vez, la funeraria Campo Fe cremó 68
fallecidos sospechosos y confirmados de Lima y Callao, según sus registros
actualizados al 23 de abril. Constante Castillo, jefe de operaciones de dicha
funeraria, indicó a IDL-R que “la empresa donó 100 cremaciones al Estado. Hasta
este momento se han usado 44 donaciones. Hemos tenido 24 cremaciones por
COVID-19, de nuestros clientes particulares”.
Así que, al sumar los fallecidos
registrados por Piedrangel y Campo Fe, se obtiene un total de 1,073 muertos por
COVID-19 solo en Lima y Callao: el triple de lo reportado por el Minsa en estas
regiones, y mucho mayor a la cifra de muertos registrados en todo el país.
El análisis comparativo de las cifras
oficiales y las empresas funerarias, pueden consultarse en el siguiente
gráfico:
Vale la pena destacar la enorme
diferencia entre los datos del crematorio Piedrangel y el Minsa respecto a la
cantidad de personas que murieron en la vía pública o en una vivienda. Mientras
que Piedrangel cremó a 153 personas fallecidas que fueron recogidas en la calle
o en un domicilio, el Minsa solo registra a siete fallecidos en esa condición.
Otro dato relevante: Campo Fe cremó 30
cadáveres procedentes del Hospital Guillermo Kaelin, en Villa María del
Triunfo, como parte de la donación que hizo la compañía al Estado para cremar
fallecidos en el contexto del COVID-19. Sin embargo, este hospital no figura en
los registros del Minsa como uno de los centros públicos de salud que han
tenido fallecidos por Covid-19.
La funeraria Mapfre, a su vez, que tiene
cinco camposantos en Lima, Huachipa, Piura, Ica, Chincha y Pisco, también ha
sepultado y cremado fallecidos con diagnóstico positivo de COVID-19 o con la
probabilidad de haberlo tenido. De acuerdo con información entregada por la
compañía, “hasta el 23 de abril, se han atendido 124 casos: 86 casos
confirmados y 38 sospechosos. Se ha usado cremaciones o sepultura. En el marco
de la ley y en cuanto esta lo permite, la familia ha decidido por uno de los
procedimientos”.
CIFRAS QUE NO CUADRAN
Mortuorio del Hospital Nacional Hipólito Unanue. Jueves 23 de abril, 12:30 pm. (Foto: Omar Lucas/IDL-Reporteros)
IDL-R también pudo comprobar que existe
una diferencia marcada entre el conteo de fallecidos del Gobierno y el que
refleja las páginas de los registros de fallecidos de dos hospitales públicos
de Lima: el Hipólito Unanue (El Agustino), y el Arzobispo Loayza, (Cercado de
Lima).
Las páginas del registro del mortuorio
del Unanue indican que, desde el 26 de marzo hasta el 24 de abril, fallecieron
70 personas en las zonas acondicionadas para la atención de pacientes COVID-19.
La mayoría de ellos, fallecidos en las áreas de Emergencias o en los pabellones
D2 y D1, destinados a casos confirmados y sospechosos. Sin embargo, ebrol registro
oficial del Minsa, actualizado hasta el 24 de abril, solo contaba 12 muertos.
Fallecidos por COVID-19 en el Hospital
Hipólito Unanue
Comparación del libro de registro
mortuorio del hospital con las cifras de fallecidos del Minsa, entre el 26 de
marzo y el 24 de abril.
Actualización al 24/04/2020
OMINSA 0 Libro Mortuario
OMINSA 0 Libro Mortuario
Otro caso similar lo encontramos en el
Hospital Nacional Arzobispo Loayza, uno de los más importantes y antiguos del
país. De acuerdo a los registros del mortuorio y a los certificados de
defunción, solo entre el 14 y 20 de abril (sin contar el 16), el Loayza
consignó 21 muertos clasificados como “Cadáver COVID-19”. En 20 de estos casos
se especificaba que habían muerto por COVID-19 o por alguna enfermedad
relacionada al COVID-19, en el espacio de “diagnóstico” de la ficha Sin
embargo, hasta el 24 de abril, el Minsa solo contaba 10 muertos en este
hospital.
Fallecidos por día en el Hospital
Nacional Arzobispo Loayza
Número de fallecidos tratados como
"Cadáver COVID-19", según los registros del mortuorio del Hospital
Arzobispo Loayza; en comparación con las cifras de fallecidos por COVID-19
reportadas por el MINSA en este hospital.
La diferencia entre las cifras oficiales
y las que registran los hospitales y crematorios llama poderosamente la
atención, y revelan, como mínimo, una profunda negligencia del Gobierno en la
compilación de los datos de los fallecidos por la pandemia.
Fallecidos por COVID-19 en hospitales de
Lima y Callao
Número de fallecidos confirmados o
sospechosos de COVID-19, de acuerdo con los registros del centro de cremación
Piedrangel y la funeraria Campo Fe; en comparación con las cifras de fallecidos
por COVID-19 reportadas por el MINSA al 24 de abril.
Fallecidos por COVID-19 en clínicas de
Lima y Callao
Número de fallecidos confirmados o
sospechosos de COVID-19, de acuerdo con los registros del centro de cremación
Piedrangel y la funeraria Campo Fe; en comparación con las cifras de fallecidos
por COVID-19 reportadas por el MINSA al 24 de abril.
Pero, ¿a qué se debe este subregistro?
¿El Minsa incluye en su conteo oficial de muertos por COVID-19 solo a los casos
confirmados? ¿Y los casos sospechosos?
En busca de explicaciones, IDL-R
conversó con Óscar Ugarte, jefe de Operaciones de Essalud y miembro del Comando
COVID-19. Dijo que “de acuerdo a la norma, los fallecidos sospechosos se
consideran como casos confirmados. En principio no eran [contabilizados], pero
en determinado momento se modificó, porque pasó a predominar la sintomatología,
el cuadro clínico”.
Otro experto consultado fue el
epidemiólogo César Cárcamo, miembro del grupo Prospectiva Covid, que asesora al
presidente Martín Vizcarra y al ministro de Salud, Víctor Zamora. Cárcamo dijo
a IDL-R que no sabía si el Minsa incluía o no a los sospechosos por COVID-19 en
su registro oficial.
“Sé que al principio no los incluía, a
la fecha no lo sé”, dijo Cárcamo. “Hace unas dos semanas hemos solicitado que
incluyan a los sospechosos. ¿La razón? Las pruebas pueden dar falsos negativos
y porque estamos en una pandemia que va a afectar a muchísima gente, y
probablemente una persona que muera con fiebre es porque tenía COVID-19.
Entonces hemos pedido estadísticas, incluyendo esos casos”.
Sobre la metodología del registro de
muertos, Cárcamo ensayó también una explicación: “En el certificado de
defunción se pone un código de covid sin confirmación y nosotros lo contamos
como covid. El CDC espera que salgan los resultados y los agregan a la cuenta.
Si les hacen la prueba y sale positiva, aparece en las cuentas un poco tarde,
pero llega. Lo que hay ahí es un retraso con el reporte. Los problemas son
otros, de personas que pueden tener la prueba negativa teniendo COVID-19.
Tienen los síntomas, pero tienen la prueba negativa. Y nosotros asumimos que
esa persona sí tiene covid. En ese caso sí hay un subregistro. Y luego están
las otras personas que fallecieron y nunca les hicieron la prueba y también
queda como subregistro. Entonces las estadísticas del CDC son estrictas, pero
en las otras estadísticas que nosotros sacamos a partir de los certificados de
defunción sí aparecen, solo por el diagnóstico clínico”.
Esas “otras estadísticas” a las que se
refiere Cárcamo, son las del Sistema Informático Nacional de Defunciones
(Sinadef). “Ellos reciben diariamente el certificado de defunción electrónico.
El mismo día que muere ya aparece en la base de datos. Esto funciona bien en
Lima y en algunas ciudades grandes. En algunas no funciona, como en Lambayeque.
Captura más o menos el 70% de las muertes a nivel nacional, y en Lima debe ser
como el 80%”.
Según Cárcamo, ese sistema no tiene el
retraso de los dos o tres días que tiene la prueba molecular (PCR) y tampoco el
problema de falsos negativos o personas a las que no le hicieron dicha prueba.
“Ahí están todas las personas que
fallecen y ahí podemos separar a las que tiene causa de muerte de COVID-19”,
sostiene el experto. “Nosotros usamos los dos registros. Uno es más sensible y
menos específico y el otro es más específico y menos sensible. Nosotros estamos
vigilando los dos. La verdad está en medio. No tenemos un registro perfecto”.
Para tener explicaciones más precisas,
IDL-R también buscó, durante varios días, una entrevista con Manuel Loayza,
director general del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de
Enfermedades (CDC), la institución que compila y procesa los datos que se
publican en la Sala Situacional COVID-19. También buscamos a la viceministra de
Salud Pública, Nancy Zerpa; y a la jefa del comando COVID-19, Pilar Mazzetti,
para que pudieran explicar cómo funciona el sistema de recolección,
verificación y sistematización de los datos de fallecidos con diagnóstico
positivo o con sospecha de haber tenido coronavirus.
Pero, en lugar de respuesta, solo hubo
de parte de ellos un silencio sepulcral.
Al cierre de esta edición, IDL-R pudo
contactar al ministro de Salud, Víctor Zamora, quien ofreció contestar, luego
de su presentación ante el Congreso este martes 28, las preguntas que le hizo
esta publicación sobre las diferencias entre las cifras oficiales y las que
registran los hospitales, las funerarias y los crematorios.
Publicado el martes 28 de abril, 2020 a
las 2:01 | RSS 2.0.
Última actualización el martes 28 de
abril, 2020 a las 22:24
POR: IDL-Reporteros
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