Diversos analistas han comentado la
explosión magisterial desde diversos ángulos y concepciones políticas. Casi
todos parten del final del problema, es decir del efecto y no de las causas,
mientras que las fuerzas conservadoras buscan identificar el problema
maniobrando a la antigua, echándole a culpa a infiltrados políticos. No faltan
los oportunistas que quieren sacar su parte del río revuelto y muchos
izquierdistas que en diciembre pasado marcharon por las calles conjuntamente
con gobiernistas defendiendo una supuesta reforma educativa, hoy se rasgan las
vestiduras condenando el desastre que no advirtieron ni reclamaron
oportunamente.
Los fenómenos sociales como todo en
la naturaleza no ocurren de la noche a la mañana. Si las aguas se embalsan sin
tener desfogue, entonces llegará el momento en que el desborde puede ser
desastroso. Si el embalse social es de gran magnitud arrasará con el sistema
estatal imperante como ya ha sucedido con ocasión de la marcha de los cuatro
suyos y la destrucción política de los gobiernos en diversos países. Pero al
igual que los fenómenos naturales lo que se recomienda es la prevención ante la
formación de condiciones que generan cataclismos.
Pero no es una prevención de combatir
a la fuerza (a lo bruto) los primeros brotes con trabajo de inteligencia
policial y represión, como se estila tradicionalmente, sin cortar el proceso en
desarrollo. Es una prevención de desarrollo nacional porque si los males se
acumulan hasta volverse crónicos la responsabilidad no es policial ni del
ministerio de un sector en conflicto, sino es de toda la sociedad y sus
representantes que permiten las improvisaciones, la mala conducción del país y
los desequilibrios que lo afectan. Si los alumnos son los damnificados no se le
puede culpar únicamente a los profesores.
Como ya he anotado, los países se
gobiernan mediante leyes y el que emite leyes es el Parlamento nacional. Por lo
tanto, es el mayor responsable de las crisis sociales como la huelga
magisterial. Ellos aprueban el presupuesto nacional en el que se establece la
política remunerativa de los trabajadores públicos y la estrategia de facto
para el desarrollo nacional. En las actuales circunstancias es el fujimorismo
el que gobierna. Pero todos los enfoques del desborde magisterial dejan impunes
a los responsables mayores y se centran en los que son solo ejecutores de las
leyes.
El sistema que nos rige, ocasiona
desequilibrios por todos lados con desajustes pendientes de solución. Uno de
estos es el concerniente a las escalas remunerativas del sector público con
desigualdades e incoherencias entre los sectores y en estas condiciones, si se
ajusta por un lado se ocasiona desajuste por otros lados en un desequilibrio
permanente. Pero así como un sector reclama con medidas radicales porque no
aguanta más, con la misma razón lo pueden hacer otros sectores descontentos.
En el caso del magisterio donde la
mayoría lo constituyen las mujeres (género dice la moda), se trata de personas
que han seguido una carrera profesional de estudios especializados. Trabajan
con seres vivos con toda la complejidad socioeconómica y mental de los seres
que forma y modela. Son nuestros hijos y generaciones futuras de peruanos.
Bueno pues, la patronal estatal les dice que ahora tendrán un magro sueldo
mínimo de 2 mil soles, con lo cual sigue siendo una carrera poco atractiva.
Pero miren: Los que construimos
nuestras viviendas por esfuerzo propio sabemos que los albañiles, algunos de
los cuales no tienen primaria completa, cobran s/. 80.00 por jornal. Échenle
pluma lo que gana al mes. Pero también podemos ver a los obreros agremiados de
construcción civil que gracias a su lucha por lo menos han conseguido
remuneraciones pactadas por negociación colectiva para ayudantes, oficiales y
operarios que tienen un promedio de S/. 700.00 semanales como básico.
A lo logrado se suma una serie de
bonificaciones como trabajo fuera del radio urbano, incremento por altitud, por
desarraigo familiar si el trabajo es en otra localidad, escolaridad por cada
hijo, gastos de movilidad, aguinaldo por fiestas patrias y por navidad, seguros
contra accidentes de trabajo (60 mil soles por fallecimiento accidental),
seguro social, sepelio, horas extras, uniformes y mucho más. Lo cual es ya una
mejora importante en las condiciones de trabajo.
Entonces comparando la remuneración
que recibe un trabajador de construcción civil, que trabaja con materiales
inertes, que no ha seguido una carrera profesional, que no educa y que no es
evaluado periódicamente, y lo confrontamos con la remuneración que recibe un
docente que educa a seres vivos, formando los futuros hombres de la patria
tendríamos que concluir que los profesores están todavía en Resultado de imagen
para perú sueldos maestros nombrados contratados últimos años gráficomuy malas
condiciones laborales.
tratamiento adecuado específico. No
deberíamos entonces darle un enfoque entremezclándolo con otros aspectos que si
bien tienen relación con el todo, no tienen sin embargo, la urgencia de una
emergencia. Si al enfoque de las condiciones laborales le sumamos la tecnología
educativa, la política educativa, el diseño presupuestal, el macartismo
político, la politización de la huelga como argumento falaz y otras implicancias rebuscadas, entonces
ocurren entreveros de enfoques que distorsionan el problema, complican el
tratamiento y entrampan soluciones.
Tampoco se puede frotar las manos
diciendo que el problema de la huelga ya está solucionado y dar por terminado
un asunto que sigue pendiente. La emergencia ha sido atendida pero el paciente
sigue enfermo. No se trata de salir del problema y olvidarse del asunto hasta
la próxima crisis. Salvado el momento, es necesario continuar el tratamiento
para corregir los males estructurales de manera definitiva y sostenida.
Hay quienes creen que la solución
está en aumentar el presupuesto pero esto es una falacia porque lo que está mal
no se arregla con plata sino restructurando como cuando sometemos a
mantenimiento nuestros vehículos hasta dejarlo en buenas condiciones. Se pide
el 6% del PBI porque otros países tienen mucho más que Perú que solo llega al
3.8%. Pero esto también es otra falacia pues aunque Bolivia gaste el 5% de su
PBI (que es pequeño) no quiere decir que no tenga problemas en el sector
educativo.
Hay que ver todo el panorama y las
particularidades de cada país. Lo que se destine a cada sector depende de la
ponderación que se le otorgue en el diseño estratégico. A eso hay que apuntar
si queremos un desarrollo ordenado y racional. Nuestro sistema es una fábrica
que funciona mal y la huelga magisterial como otros conflictos sociales son
productos de fabricación social. Un mejor producto se obtiene cambiando los
insumos. Esa es la razón por la que los socialistas buscamos el cambio de
sistema por uno de justicia social y equidad.
Por tanto, es un deber formular
planteamientos acordes con nuestra ideología y se pueda advertir con claridad
la diferencia con los planteamientos de la derecha. Salvo mejor parecer
Septiembre 2017
FUENTE: Milcíades Ruiz
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