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miércoles, 4 de agosto de 2021

EGRESAR DE MÉDICO EN PANDEMIA: RETRASOS EN LA EDUCACIÓN Y PRECARIZACIÓN DEL INTERNADO

 

SIN CIFRAS OFICIALES. Aunque no hay un registro de cuantos estudiantes resultaron enfermos de Covid-19, según los gremios estudiantiles 3 internos llegaron a UCI.

Foto: Andina


Aunque durante la emergencia sanitaria el Gobierno emitió lineamientos para mejorar las condiciones de trabajo de los internos de medicina, las situaciones de precariedad se mantienen. Muchos han postergado estudios o sufrido retrasos en su educación. Los gremios de estudiantes piden promulgar un proyecto de ley que asegura garantías para las prácticas pre-profesionales de los estudiantes de la salud. En la Universidad Mayor de San Marcos el 16% reservó su matrícula y tuvo que repetir el internado este año.

 

En los hospitales, mis compañeros entran a las seis de la mañana y salen a las siete de la noche, de lunes a sábado. Es un promedio de 80 horas a la semana, como si no hubiera pandemia. Además, los internos [de Medicina] no recibimos una remuneración mínima y no tenemos derecho a un seguro en Essalud. Solo estamos inscritos en el Seguro Integral de Salud (SIS)”, cuenta Fitzgerald Arroyo Ramírez, estudiante de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), que actualmente realiza su internado en un centro de salud del primer nivel de atención en Lima.

 

El estudiante de Medicina debía culminar su último año de carrera, conocido como internado médico, en diciembre de 2020. Sin embargo, fue uno de los cientos de estudiantes que sufrieron el retraso en su educación, por la emergencia generada por la pandemia. En marzo de 2020, como él, cerca de 3.500 internos tuvieron que abandonar sus puestos en los establecimientos de salud y adaptarse a una improvisada educación virtual.

 

Cinco meses después, cuando fueron autorizados para regresar a sus labores en los hospitales públicos, los alumnos se enfrentaron a la escasez de equipos de protección personal (EPP) y a condiciones de trabajo aún más exigentes: era uno de los momentos más dramáticos de la pandemia por el elevado número de contagios. Muchos alumnos, como Fitzgerald, abandonaron el programa por temor al contagio o para no poner en riesgo a sus familiares. Varios de los que continuaron, mientras tanto, enfermaron de Covid-19.

 

HAY INTERNOS QUE NO CUENTAN CON EQUIPOS DE PROTECCIÓN”, ADVIERTE EDÉN GALÁN-RODAS.

 

Aunque no hay un registro de cuántos estudiantes resultaron afectados, según la Federación Peruana de Estudiantes de Medicina Humana (Fepemh), tres internos que se contagiaron desarrollaron síntomas graves y tuvieron que ser hospitalizados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y una interna de Junín falleció en enero.

 

La norma que dispuso el retorno de los internos a los hospitales y centros de salud estableció que desde el 15 de agosto de 2020 y hasta el fin de la emergencia sanitaria, se les otorgara equipos de protección, un seguro médico a través de Essalud, un seguro de vida, y una remuneración mínima vital de S/930. Sin embargo, de acuerdo a diversos testimonios recogidos por OjoPúblico, aún no se ha asegurado el cumplimiento de estas condiciones básicas para todos los internos del país. Al contrario: nuevas disposiciones del Ministerio de Salud han recortado estos beneficios.

 

“Estos lineamientos [que se plantearon el año pasado] no se vienen cumpliendo. Hay internos que no cuentan con equipos de protección. Además, a la fecha no se les está pagando. Ya tienen un poco más de un mes de haber iniciado el internado de 2021 y no se está cumpliendo [con sus remuneraciones] y se les siguen asignando más horas de la cuenta”, advierte Edén Galán-Rodas, médico investigador y secretario del Interior del Colegio Médico del Perú (CMP).

 

 

 

EL RETO DE LA EDUCACIÓN VIRTUAL

 

 

En Perú, la Medicina, a diferencia de otras carreras, tiene una duración de 7 años, y el último de ellos está dedicado exclusivamente al desarrollo del internado médico, considerado un eslabón primordial entre la formación teórica y práctica. Esta etapa, en condiciones normales, inicia el 1 de enero y termina el 31 de diciembre de cada año. En los hospitales, los internos realizan desde tomas de muestras de sangre y suturas, hasta trabajo administrativo.

 

En marzo de 2020, luego de que el expresidente Martín Vizcarra Cornejo decretó el inicio de la emergencia sanitaria a causa de la Covid-19, la Asociación Nacional de Facultades de Medicina (Aspefam) recomendó retirar a los internos de todos los hospitales del país. Esto debido a que no todos tenían un seguro de salud, ni se contaba con suficientes equipos de protección personal. “Desde entonces comenzó una lucha constante por volver, pero con condiciones dignas”, recuerda Fitzgerald Arroyo.

 

Mientras el internado estaba en pausa, las facultades de medicina empezaron a adaptar algunos programas académicos al entorno digital, a pesar de sus múltiples limitaciones. Algunas universidades privadas brindaron mayores facilidades, al ofrecer a sus alumnos clases preparatorias para el Examen Nacional de Medicina (ENAM) o prácticas virtuales con actores que simulaban ser pacientes. Sin embargo, aún en estos casos, la educación virtual no ofrecía los mismos beneficios.

 

“En las rotaciones [presenciales] se discutían los casos de los pacientes y los nuevos diagnósticos. Esto lo llegamos a tener de manera virtual, pero no era lo mismo que cuando teníamos contacto con el propio paciente. Antes de la pandemia, tenía hasta seis pacientes a mi cargo y debía conocer toda su historia clínica”, explica Ximena Vásquez Ojeda, médica que egresó en abril del 2021 de la Universidad Privada Cayetano Heredia.

 

“NO SE PUEDE REEMPLAZAR LA INTERACCIÓN CON EL PACIENTE", SEÑALA ETHEL RODRÍGUEZ, SECRETARIA DE LA FEPEMH.

 

En mayo de 2020, mientras los estudiantes de medicina de último año estaban conferidos en sus hogares, algunas universidades privadas llegaron a ofrecer programas de internado virtual, a pesar de no contar con una autorización de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). La situación fue advertida por los propios alumnos y ante ello, la autoridad educativa inició acciones de supervisión.

 

“No se puede reemplazar la interacción con el paciente, donde se pone en práctica lo aprendido durante seis años. Si bien se puede recibir teoría, no se puede reemplazar [por ejemplo] el aprender a suturar. La virtualidad no va a lograr que desarrollemos las competencias que se nos piden como profesionales”, dice Ethel Rodríguez López, estudiante de medicina de San Marcos y secretaria de la Fepemh.

 

Mientras tanto, en las facultades de medicina públicas, los alumnos tuvieron que enfrentar problemas de conectividad y falta de equipos. La situación fue aún mucho más difícil para universidades en regiones. En Huánuco, por ejemplo, los alumnos de medicina no llegaron a recibir clases durante el 2020 porque no se logró adoptar el programa de estudios a la enseñanza virtual, sostiene Rodríguez López. “Hubo un presupuesto de parte del Estado para dar chips o tablets. Pero es más que eso, implica capacitar a docentes y estudiantes. Hay universidades que no han llevado clases porque no hubo un plan”, indicó la representante estudiantil.

 

Pero no solo los internos fueron afectados con la restricción de acudir a establecimientos de salud. Desde tercer año, los alumnos de medicina pueden acudir a los hospitales para recibir clases y observar procedimientos clínicos. En algunas universidades, las prácticas en el sexto año se denominan externado. Todas estas actividades han quedado suspendidas de manera indefinida.


MANIFESTACIONES. En mayo de 2021, internos de todo el país participaron en una marcha nacional, para pedir un reglamento de prácticas pre-profesionales.

Foto: Fepemh/Facebook

 

RETRASOS Y ABANDONOS DE ESTUDIOS

 

 

A mediados de agosto de 2020, con la publicación del Decreto de Urgencia 090, se autorizó el retorno del internado médico. Sin embargo, en varios hospitales, los estudiantes se integraron recién en octubre debido a la demora en las coordinaciones entre el Ministerio de Salud, las direcciones regionales de salud y las facultades de medicina.

 

Los que reanudaron el programa el año pasado lograron culminar sus estudios en el segundo trimestre de 2021, con algunos meses de retraso. En esos casos, la decisión de volver, cuenta Ximena Vásquez, se tomó a pesar del temor al contagio.

 

“Al momento de retornar justo estábamos atravesando el pico de la primera ola. Fue una decisión importante, porque volver al entorno hospitalario implicaba muchos cambios dentro de casa, como el aislamiento. Y, si bien de acuerdo con los lineamientos no debíamos ver casos de Covid-19, a veces era inevitable”, explica la joven.

 

Un importante grupo de alumnos abandonó el internado a nivel nacional, ya sea por sufrir alguna comorbilidad, tener un familiar en riesgo en casa, o por problemas económicos. En la Universidad Mayor de San Marcos, por ejemplo, alrededor de 35 alumnos de una promoción de 215 reservaron su matrícula y tuvieron que repetir el internado durante el 2021. Este fue el caso de Fitzgerald Arroyo, quien según cuenta, tuvo que trabajar para poder ahorrar y mudarse a una habitación, lejos de su familia, para cumplir con el aislamiento.

 

SI BIEN NO DEBÍAMOS VER CASOS DE COVID-19, A VECES ERA INEVITABLE", DIJO XIMENA VÁSQUEZ, EGRESADA DE MEDICINA.

 

El referido decreto también permitió que el programa de internado se realice en centros de salud y policlínicos (primer nivel de atención), y ya no solo en hospitales. Esto generó gran preocupación entre los estudiantes, no solo por los limitados procedimientos médicos realizados en estos centros —algo que no garantizaba la práctica clínica en diferentes especialidades—, sino también por la falta de implementos de bioseguridad. Según los lineamientos actuales, por lo menos la mitad del programa de internado se debe realizar en el primer nivel de atención.

 

“Ninguna universidad lo había hecho antes, entonces estaban experimentando. Por otro lado, en el primer nivel, ni siquiera tenían equipos de protección para ellos [los trabajadores]. A los chicos se les mandaba como carne de cañón”, recuerda Fitzgerald Arroyo.

 

En diciembre pasado, los jóvenes denunciaron el incumplimiento de la norma. Desde falta de contratos, retrasos en los pagos y limitados equipos de protección. Para inicios de 2021, un grupo de internos de medicina reportó haber recibido pagos de entre S/2 y S/10 soles por tres meses de servicio. El Ministerio de Salud explicó, semanas después, que dicho grupo había percibido la compensación mensual anterior de S/400 y que se trataba de una regularización.

 

ES FÍSICAMENTE Y EMOCIONALMENTE AGOTADOR", ASEGURA CAROLINA COOMBES, SOBRE REALIZAR EL INTERNADO MÉDICO EN PLENA PANDEMIA.

 

La escasez de mascarillas también fue un problema constante durante el retorno al internado presencial. “El hospital [Cayetano Heredia] nos daba una mascarilla KN95 cada 15 días, y el EPP no era completo. Si uno quería protegerse con algo más, teníamos que costearlo. En mi caso, tuve que comprar mis propias mascarillas y, en ese momento, me costaron muy caro”, dice Ximena Vásquez.

 

Asimismo, aunque los estudiantes de salud fueron considerados en la fase I del plan de vacunación, se produjeron retrasos en la inmunización de los que ya se encontraban en primera línea, en diferentes hospitales a nivel nacional. La vacunación masiva de este grupo inició recién a finales de abril.

 

A todas estas condiciones se suman el agotamiento emocional producto de las extensas jornadas laborales, el enfrentarse al contagio de compañeros y la falta de una contención emocional por parte de las universidades y establecimientos de salud. “Es físicamente y emocionalmente agotador, por los casos que se ven. Todo lo que vimos en un libro, ahora lo vemos en personas, y es completamente distinto”, dice Carolina Coombes, interna y estudiante de la Cayetano Heredia.

 

 

DEMANDAS DE LOS ESTUDIANTES

 

Una de las preocupaciones de los estudiantes que actualmente realizan el internado es si los derechos otorgados a través del DU 090-2020 continuarán después del estado de emergencia. Precisamente, uno de los primeros cambios en las condiciones otorgadas durante el 2020, ocurrió a finales de junio último.

 

La Resolución Ministerial 779-2021/MINSA dispuso el recorte del estipendio mensual a de S/930 a S/770 porque se incrementó el número de internos de las ciencias de la salud, pero no se modificó el presupuesto para su subvención. Además, se eliminó la afiliación a Essalud y se reemplazó por un aseguramiento al Seguro Integral de Salud (SIS).

 

“Si bien hay una legislatura para las prácticas profesionales en el Perú, se hace una excepción para ciencias de la salud. Ese es el motivo por el cual, por años, el interno ha sido visto como mano de obra barata. Vamos a aprender, sí, pero también terminamos haciendo trabajo burocrático, que no debería ser competencia de los internos”, sostiene Ethel Rodríguez.

 

Por eso, una de las demandas de la Federación Peruana de Estudiantes de Medicina Humana es la evaluación y eventual aprobación de un reglamento que permita mejorar las condiciones con las que cada año, los internos prestan servicios en los establecimientos de salud.

 

POR AÑOS, EL INTERNO HA SIDO VISTO COMO MANO DE OBRA BARATA", ADVIERTE ETHEL RODRÍGUEZ.

 

El proyecto de ley 06969 denominado “Ley que crea el régimen especial que regula la modalidad formativa de las prácticas pre-profesionales de internado en ciencias de la salud”, presentado en enero de 2021 por la bancada de Acción Popular, se quedó estancado en la Comisión de Educación, Juventud y Deporte, durante el periodo congresal que acaba de culminar.

 

Para Edén Galán-Rodas, la falta de priorización de este tipo de iniciativas responde a razones políticas. “Hay muchos proyectos que se han quedado en evaluación. No hay una voluntad para sacar adelante proyectos que tratan de recursos humanos en salud”, dice el representante del CMP.

 

El proyecto busca regular la duración de las jornadas de los internos de las carreras vinculadas a la salud en establecimientos del sector público y privado. Según el documento, estas deben ser de un máximo de 150 horas mensuales para todas las profesiones, a excepción de medicina, cuya jornada se puede extender hasta 48 horas semanales.

 

Además, dispone una serie de obligaciones por parte de la entidad, como el pago puntual de subvenciones, un seguro de salud y un salud complementario por trabajo de riesgo (SCTR), y la entrega de los equipos de protección necesarios.

 

“Esperamos que el nuevo Congreso ponga en agenda este tema. En algunos meses vamos a ser el futuro personal de salud del país. Mejores condiciones para el personal, generan una mejor atención. Finalmente, no solo se beneficia el estudiante, sino los pacientes.


 

Por Claudia Chávez Amaya



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