LA CAMPAÑA ELECTORAL Y La Estrategia del Silencio
En el campo de la política es tan relevante lo que se
dice como lo que se calla, siempre y cuando ello responda a un plan estratégico
y a unos objetivos de comunicación concretos. Mejor dicho, aplicar la
estrategia del silencio dependerá del contexto del partido, del líder, de la
situación en la que se comienza y también del clima en el que se actúe. Todo se
debe evaluar. Ahora, el silencio puede funcionar si la gestión del equipo de
comunicaciones del gobierno considera necesario ejecutar un paquete de medidas
abiertamente impopulares desde un análisis de la opinión pública. Limitar la
cobertura mediática de un líder político ayudaría, en primera instancia, a
reducir un desgaste de su imagen, y a desgastar al adversario. De otro lado, un
político, y más en campaña, está en el ojo de la tormenta, en el foco mediático
y, por tanto cuanto más hable, más probabilidades hay de que se equivoque. Por
ello, se debe evitar los temas controvertidos, y de esta forma generar un
perfil más neutral que guste tanto a unos como a otros. La campaña se torna más
simple pero también más efectiva.
El silencio como estrategia de comunicación es una vieja
opción. Ya Joseph Antoine Toussaint Dinouart hablaba de ella en su famoso
tratado “El Arte de Callar”, publicado en 1771
No es una mala
estrategia, pero se vuelve en contra cuando se lleva al límite. El silencio
genera rumores en la opinión pública y en los medios de comunicación que luego
son muy difíciles de desmentir. Hay momento en los que si tú no comunicas y te
mantienes prudente, otros lo harán por ti consiguiendo el efecto deseado para
ellos. Este es el caso de la Primera Dama, Nadine Heredia, quien durante cierto
tiempo mantuvo cierto hermetismo respecto al tema de la “reelección conyugal”.
Hecho que, sin duda, aprovechó la oposición. Entre marzo y junio de este año la
aprobación del presidente Humala y la Primera Dama cayó vertiginosamente. Según
la última encuesta de Datum la aprobación del Presidente Ollanta Humala alcanzó
su punto más bajo en lo que va de su gobierno. Tan solo 39% de los peruanos
aprueba su gestión. De otro lado, el 46% de los peruanos desaprueba la gestión
de su esposa, y según Ipsos Perú de junio el 29% de los encuestados respondió
que era responsabilidad de Nadine Heredia los “dimes y diretes” entre Humala y
Alan García. En conclusión, la ambigüedad de Nadine Heredia estaba poniendo en
riesgo la política económica de nuestro país, como lo advirtió a través de un
reporte electrónico un analista del Citibank, quien sostuvo que la reelección
conyugal era el proyecto más importante de Humala.
Tras casi un mes de silencio, las críticas a la
reelección conyugal y la evidente baja en las encuestas, la Primera Dama habló.
Sin embargo, según un reportaje de Panorama, la pareja
presidencial habría recibido un consejo de una analista política horas antes de
anunciar que la Primera Dama no postulará a las elecciones del año 2016.
“Ella fue clara y directa con ellos: las cifras mostraban
indudablemente un declive que debía ser frenado de inmediato”, menciona la nota
periodística.
Según el dominical, “Nadine Heredia debía zanjar el tema
de su candidatura presidencial”, lo cual finalmente ocurrió el mediodía del
último viernes.
Queda claro entonces que muchas veces el silencio
político consigue un efecto contrario, multiplicando las especulaciones y la
visibilidad de la polémica. En el trascurso de una crisis hay que comunicar
siempre. Si uno no comunica, controlando
así la situación, otros lo harán por ti desbordándola por completo. En esta
oportunidad no cabe el silencio sino la reacción anticipada. Si tienes algo que
decir, comunícalo antes que tus detractores lo hagan por ti… sea demasiado
tarde y lo veas reflejado en las encuestas.
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