Chile atomizada, obliga a candidatos
a tejer alianzas sociales
Comicios. Derecha e izquierda
comienzan a avalar tanto a Kast como a Boric. El “electorado esencialmente no
ideológico” de Parisi, es el más codiciado de cara a la segunda vuelta.
Las encuestas hicieron su labor en
Chile, como se esperaba, José Antonio Kast y Gabriel Boric se medirán en la
segunda vuelta presidencial. Dos polos opuestos en un país atomizado, con el
Parlamento fragmentado y una alta abstención electoral.
Pasó la primera vuelta y ningún
postulante alcanzó el 30%. Kast venció con un 27,91%, casi 10 puntos menos que
el 36,64% obtenido en 2017 por el entonces aspirante Sebastián Piñera.
“Esta primera vuelta demostró que
ningún candidato tiene una representación plena hacia un progresismo, hacia una
continuidad; claramente hay un descontento con lo que representa Piñera”,
explicó Lucía Miranda, docente del Instituto de Ciencia Política de la
Pontificia Universidad Católica de Chile.
En ese sentido, la doctora por la
universidad estadounidense de Northwestern, Isabel Castillo, apuntó que “tradicionalmente
el triunfador ganaba en todo el país, pero esta elección fue más fragmentada,
surgieron una serie de particularidades locales o regionales”.
“A Boric le fue bien en el centro,
pero mal en zonas rurales (...) su votante es predominantemente urbano”,
ejemplificó.
De hecho, el propio diputado admitió
horas después de la difusión de resultados que fuese deseado llegar en la
campaña a más sitios de Chile, particularmente a las zonas rurales.
En opinión de Miranda, la clave
estará en cómo se muestren los discursos de aquí al 19 de diciembre, cuando se
llevará a cabo el balotaje.
Alianzas electorales
Para Castillo, “las alianzas formales
son relativamente claras”. Kast será acogido por la derecha tradicional y la
centroizquierda abrazará a Boric.
Por lo tanto, consideró que “las
alianzas más importantes no van a estar a nivel de estructura política”, sino
en lo social.
“Estos partidos no tienen la
capacidad para llegar a electorados distintos que es lo que se necesita en este
caso, ambos candidatos no tienen porcentajes altos. Entonces tienen que crecer
bastante y estos apoyos no bastan, ni garantizan el éxito”, comentó la
politóloga.
Tanto Kast como Boric llamaron anoche
a ese elector que sufragó por alguno de sus rivales, conocedores de que
acercarse al centro definirá al ganador de la segunda vuelta.
Kast le habló al votante moderado
—alabó tanto la campaña de Yasna Provoste como la de Sebastián Sichel—,
mientras que Boric reforzó su retórica en contra de la delincuencia y a favor
de la recuperación económica.
Un electorado al que apeló Kast,
primero al argüir que su candidatura es la “alternativa para enfrentar a los
delincuentes y el narcotráfico”. Y luego al pedir el voto para que Chile no sea
“otra Venezuela”.
Castillo señaló que ambos necesitarán
“salir a buscar a ciertos sectores sociales”, en parte por la incógnita que
representa el electorado de Franco Parisi, tercero en los comicios con el
12,80% de los apoyos.
“Es un electorado esencialmente no
ideológico, que no se identifica ni con la izquierda ni con la derecha, y por
lo mismo no es tan fácilmente endosable a Kast o a Boric”, aclaró.
Un sondeo de Pulso Ciudadano y Activa
Research, realizado entre el 9 y el 12 de noviembre, muestra una división del
voto de Parisi: un 28,4% respaldaría a Boric y un 26,7% a Kast. La
incertidumbre continúa.
El efecto Parisi en el balotaje
Susana Riquelme, magíster en Política
y Gobierno
Es posible que su triunfo se deba a
los discursos que apuntan hacia la antipolítica partidista, de los discursos
“no soy de izquierda ni de derecha” con poco horizonte y consistencia política.
Es difícil de explicar, y es un fenómeno
que nos sorprende, no solo porque no estuvo en Chile sino que, por ejemplo, su
deuda de pensión de alimentos que es considerada violencia de género, por
tanto, un acto totalmente reprochable y condenable para las mujeres y el
movimiento feminista, pero evidentemente su electorado no se encuentra allí.
Es posible que su interacción con el
electorado de redes sociales, a través de discursos reduccionistas, con poca
información y que apuntan por ejemplo al votante antimigración, lo hayan
posicionado como tercero en esta elección. Desafortunadamente este tipo de
soluciones se han ido instalando ante situaciones complejas, que han sido
exacerbadas a través de medios de comunicación sin cuestionar la xenofobia y
racismo que ello implica y las consecuencias que puede traer en términos de
derechos humanos, de convivencia armónica y riesgo especialmente para mujeres y
niñez migrante.
Se desconoce cuál va a ser su postura
para la segunda vuelta dado el poco horizonte político de sus bases y apuesta
por proyectos colectivos. Al ser un candidato con ideas y programa que lo
posicionan como centro derecha, es posible que parte de sus votantes apoyen la
candidatura de Kast, sobre todo considerando el discurso anti migración.
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