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TRADUCCIÓN A OTROS IDIOMAS - TRANSLATION TO OTHER LANGUAGES

domingo, 30 de octubre de 2016

LA SITUACIÓN ACTUAL EN QUE SE ENCUENTRA LA HUMANIDAD CORRESPONDE A UNA DE LAS ETAPAS SU PROCESO HISTÓRICO






TIEMPO POLÍTICO

En el universo, todo es proceso. Todo proceso es una evolución. Los humanos y la humanidad en su conjunto han evolucionado a través del tiempo y aunque no lo percibamos estamos cambiando en muchos aspectos, incluso genéticamente. Por ello, la situación actual en que se encuentra la humanidad corresponde a una de las etapas su proceso histórico, distante ya de la etapa feudal pero cercana al tiempo del socialismo. No hay nada pues en la naturaleza que esté fuera del tiempo. La materia viviente como la inerte, bajo cualquier forma de existencia, tienen calendarios de cambios según como transcurra el tiempo. Todo nace, desarrolla, alcanza su esplendor, decae y muere.

sin-tituloSiendo lo inmaterial producto humano, también tiene la relatividad del tiempo como sucede con los valores de las matemáticas, de la ética, filosofía, ideología y en general con todo conocimiento humano que la evolución des actualiza y actualiza permanentemente. La ciencia siempre está en evolución generando tecnologías innovadoras sin cesar pero que son superadas con el paso del tiempo. La ciencia social también ha evolucionado.

Entonces podemos decir que los procesos son infinitos en el tiempo y en el espacio, pues cada uno de ellos genera otros procesos en cadena dentro del acontecer micro y macro universo. No obstante, la fisiología universal de los procesos va resolviendo al propio tiempo, los conflictos procesales logrando equilibrios que acaban con todo caos. Podemos comprobar esto en el equilibrio del sistema solar como también, en la energía nuclear de los átomos. Pero también en la vida cotidiana y en el proceso de deterioro climático que nos afecta cuando el equilibrio se rompe.

Dentro de esa infinidad procesal, la evolución social generó el capitalismo que es una etapa del proceso histórico de la humanidad, como lo fue la monarquía que lo precedió y que feneció cuando llegó a su fin su ciclo procesal. Por efectos de su propio desarrollo, la humanidad acabó con la predominancia de la monarquía a su debido tiempo, cuando las fuerzas renovadoras del capitalismo pasaron a predominar. Desde entonces, este sistema viene estableciendo las condiciones de vida de la humanidad hasta que su ciclo procesal concluya cuando otro sistema lo desequilibre y supere.

Pero precisamente por tener ese carácter procesal, el capitalismo no es el mismo del siglo XIX. Nació como una negación de la monarquía clamando igualdad social frente a los privilegios de casta consanguínea. Pero su evolución lo ha llevado a generar desigualdades sociales repudiables y privilegios de casta económica. Entonces su negación se anuncia clamando justicia, equidad y derechos humanos. Y así como, la monarquía apeló a muchas justificaciones y represiones para mantener su vigencia, incluyendo el origen divino que la iglesia le atribuyó, así también el capitalismo recurre a toda clase de justificaciones para validar su vigencia pero su ciclo procesal es irreversible y acabará cuando ya sea incompatible con la nueva etapa histórica del desarrollo humano.

Si en los inicios de la revolución industrial el capitalismo se erigió sobre explotando puramente la fuerza de trabajo del proletariado, ahora sin embargo, la situación no es la misma. La fuerza mecánica ha reemplazado en mucho a la fuerza humana y con la tecnología electrónica una sola máquina puede desplazar a cincuenta jornaleros con lo cual las empresas reducen costos y evitan sindicatos. En las grandes explotaciones mineras de nuestra serranía una máquina perforadora reemplaza con mayor efectividad a treinta perforadores manuales y aunque las inversiones mineras se han multiplicado, la masa laboral se ha reducido proporcionalmente. Lógicamente, la fuerza sindical minera en el Perú ya no es la de otros tiempos.

Los trabajadores fabriles actuales ya no son proletarios pues gracias a las heroicas luchas gremiales de sus antecesores pueden ahora disfrutar de beneficios que evitan caer en la condición que sufrían en el siglo XIX, en que los harapientos trabajadores efectivamente no tenían nada, solo su fuerza humana. El capitalismo evolucionado ahora acepta convenios laborales de negociaciones colectivas, otorga ropa de trabajo, comedores, y participación en las utilidades haciendo que los trabajadores defiendan a la empresa como suya, compartiendo intereses de mercado.

En esta evolución podemos ver ahora al gremio de construcción civil de la mano con la patronal CAPECO firmando comunicados conjuntos y obteniendo condiciones laborales envidiables para muchos profesionales. El capitalismo tiene ahora otros métodos para succionar riquezas sin tener que recurrir a la barbarie de su pasado salvaje. Se ha sofisticado y utiliza artificios legales para adueñarse del trabajo ajeno a través del mercado, corrupción de gobernantes, monopolios, oligopolios, tratados de libre comercio y muchas otras formas invisibles de apropiación de plusvalía.

Por consiguiente, si el capitalismo ha evolucionado hasta corporativizarse renovando su ideología en una plataforma neoliberal; si las condiciones de lucha social han cambiado; si estamos en otro tiempo histórico; entonces las organizaciones anticapitalistas no deberían quedarse en el siglo XIX, desfasados de la historia y repitiendo lemas desactualizados. Ni la revolución bolchevique ni la cubana hubieran sido posibles si se hubieran atenido a los viejos apotegmas, esperando que el proletariado sea el que haga la revolución.

Entonces, se hace necesario que los luchadores anticapitalistas, aun cuando lo esencial sigue rigiendo, adecúen su versión de la realidad en función del tiempo y adopten modalidades de acción frente a un adversario cambiante. Esto no significa claudicación ideológica porque los principios fundamentales siguen incólumes por su certeza científica. Pero en nuestro país, ha sido el campesinado (tildado de pequeño burgués) el más aguerrido luchador contra el sistema feudal que los oprimía y aunque derramó mucha sangre finalmente alcanzó su liberación y la recuperación de sus tierras ancestrales. Pero sus luchas desencadenaron cambios que ocasionaron la liquidación de la dominación oligárquica en el Perú.

Así mismo, en los últimos gobiernos, también son los campesinos indígenas los abanderados de la lucha popular (no la clase predestinada) y son ellos los que siguen derramando su sangre en la lucha contra la destrucción ecológica, la contaminación ambiental y el saqueo de nuestras riquezas. Claro que esta apreciación no calza con los dogmas doctrinarios primigenios pero sea como fuere la lucha de contrarios o la negación de la negación, lo que queda en claro es que se trata de un asunto de poder. Es este, el que otorga capacidad de dominio y solo puede ser desplazado por otro poder de mejor sustentación. De allí la necesidad de construir el poder popular que es la negación del poder del dinero, pues este, tendrá inexorablemente el mismo fin que la monarquía.

No necesariamente la lucha de poderes se define en una sola vía. Si no estamos en condiciones de enfrentar de igual a igual con nuestros adversarios tenemos que buscar estratagemas efectivas y contundentes para contrarrestarlo, debilitarlo y llevarlo al fracaso. Si lo llevamos a nuestro terreno entonces tendremos mayores ventajas. En eso reside el éxito del campesinado en el valle de Tambo y en las zonas mineras de Cajamarca que pararon en seco al poder de los depredadores de nuestros recursos naturales, aun cuantos estos, tienen el favoritismo gubernamental. Otra gran lección fue la marcha popular de los “cuatro suyos” que hizo huir al sanguinario poder fujimorista.

Señalo todo lo anterior porque creo que las organizaciones políticas estando inmersas en el proceso histórico de nuestro país y del mundo, deberían actualizarse yendo de la mano con la evolución de nuestra realidad para no quedar desfasadas. El sistema político de “democracia representativa” en nuestro país ha evolucionado ajustándose a las conveniencias del poder predominante porque no ha encontrado mayor resistencia a sus arbitrariedades fraudulentas. Pero este régimen, que tiene su basamento en los partidos políticos exclusivamente, está muy viciado a tal punto que genera repudio de la población que se siente suplantada por una representación que no la reconoce como suya.

En sus inicios, los partidos políticos en el Perú emergieron como protesta social frente a los gobiernos antidemocráticos y cumplieron un rol histórico desde mediado del siglo XIX logrando la “democracia representativa” que significó un gran paso en aquella época. Los caudillos tomaban la iniciativa y se la jugaban sobre la base de ideales de mejoramiento nacional. Pero la evolución de la realidad nacional ha cambiado considerablemente desde entonces y la “democracia representativa” ha sido desplazada por la “democracia del dinero” reestructurando todo el sistema político nacional.

Aunque el caudillaje sigue siendo el principal resorte de acceso al gobierno, ya no es tampoco el caudillaje puritano de antaño. Los caudillos de ahora son traficantes de la fe popular que actúan por corruptela política bajo los designios del poder económico interno y externo que son los que financian las campañas electorales de sus testaferros. Los partidos políticos ahora surgen de la nada y cualquier aventurero se convierte en caudillo político “sin saber leer ni escribir”, ideologías. No interesa el respaldo popular porque lo que vale es el respaldo electoral que se consigue simplemente financiando campaña política manipulada.

De este modo suelen llegar al poder personas indeseables sin que la población tenga otra alternativa debido a la exclusividad que el régimen electoral otorga a los partidos políticos aunque fueren mafiosos. En la última contienda electoral, la ciudadana expresó su repudio a los viejos caudillos amenazando apoyar a nuevas figuras sin advertir el peligro. La maquinaria electoral arbitrariamente eliminó las amenazas valiéndose de cualquier pretexto para que queden en carrera solamente los de su conveniencia.

Si bien los partidos de izquierda ponen por delante sus ideales, tampoco son ajenos al caudillaje y a los vicios degenerativos de los partidos políticos en general. No tienen interés en luchar por el cambio del sistema eleccionario para lograr una democracia más equitativa. Por el contrario, se avienen a él, participando en condiciones desventajosas pero con las mismas prerrogativas de un régimen a todas luces injusto, arbitrario y fraudulento. Utilizan las mismas artimañas que los partidos de derecha sin cuestionar el régimen electoral vigente y los oportunistas electoreros sacan provecho sin merecerlo. En estos días, mientras el pueblo viene luchando contra el poder depredador en provincias de Puno, Cusco, Ancash, Loreto y otros lugares, sufriendo las represiones del nuevo gobierno, los oportunistas pugnan por el acomodo partidista en Lima, lejos de la lucha popular.

Pero el proceso histórico sigue su marcha y transcurrido siglo y medio de la “democracia representativa” es claro que ya no encaja con las expectativas de la ciudadanía en la época actual. Sin embargo, los partidos políticos se hacen los desentendidos porque no les conviene otra forma que la que viene rigiendo y habiendo algunos de ellos llegado al poder precisamente gracias al nefasto sistema electoral vigente tampoco están dispuestos a legislar en contra de sus intereses cambiando las reglas electorales. Entonces la ciudadanía pierde la fe en el sistema político del que depende la suerte familiar.

La derecha sabe muy bien de esta necesidad de cambio pero solo opta por remendar el viejo ropaje electoral sin cambiar la estructura del régimen en el que reside el fundamento de la arbitrariedad y el fraude. Financiar a los partidos políticos es una de sus propuestas de reforma electoral que solo encubre la podredumbre. Lo que se reclama no es mejorar el maquillaje de la vieja “democracia representativa” sino una nueva democracia acorde con las expectativas de la sociedad peruana en el siglo XXI. Una democracia auténtica realmente representativa de todos los sectores de la sociedad peruana.

Una nueva democracia debería ser una de las banderas de la izquierda respondiendo al eco nacional con alternativas viables que satisfagan las aspiraciones sociales de este momento histórico. Dado que el régimen electoral vigente ha sido estructurado premeditadamente para impedir el acceso al poder a las fuerzas populares y consolidar una seudodemocracia basada en el dinero, por propia conveniencia necesitamos de un nuevo régimen electoral más equitativo que despeje el camino, eliminando las vallas interpuestas contra la izquierda.

Esto sería ponerse a la altura de las circunstancias de la época actual tomando la iniciativa de enarbolar las banderas del cambio del sistema democrático. Pero tengamos en cuenta que no se trata de cambiar solamente el régimen electoral de por sí fraudulento, sino de formular una nueva concepción de gobierno democrático, un nuevo sistema de representación política, una nueva etapa republicana.

Esta renovación significa también, innovación en los partidos de izquierda acordes con las exigencias de nuestra época. Actualización ideológica del mensaje político, innovación organizativa y de funcionamiento, renovación de los métodos de trabajo, de la democracia interna y del trabajo político con el pueblo. No podremos crecer orgánicamente sino dejamos atrás los viejos vicios que solo nos ocasionan dispersión y aislamiento del pueblo. No podremos construir el poder popular que necesitamos si no nos desprendemos de los viejos hábitos de maniobras deshonestas.

Para romper con el oportunismo electorero hay que acabar con el exclusivismo de los partidos políticos en el régimen electoral dando al pueblo libertad eleccionaria. Actualmente, todos los partidos políticos incluyendo los de izquierda, son suplantadores de representación social. ¿Qué sector socioeconómico del Perú acreditó como representante a cada uno de los congresistas actuales? ¿A qué sector socioeconómico representan Kuczynski, Keiko, Alan, Toledo? ¿A los pescadores? ¿A los productores agrarios? ¿A los industriales? ¿A los comerciantes?

Si queremos una nueva democracia deberíamos ser más equitativos. En el Congreso de la República deberían estar representados todos los sectores socioeconómicos en la misma proporción que tienen en la sociedad peruana, llenando cupos establecidos equitativamente. Pero no necesariamente acceder exclusivamente a través de los partidos políticos sino permitir otras alternativas como podría ser por elecciones sectoriales. En las instituciones representativas sectoriales están los expertos que más conocen la problemática respectiva y están en mejores condiciones para opinar y legislar.

En un sistema como este, la república se institucionalizará necesariamente desde el nivel local hasta el nacional y sería muy difícil que lleguen al poder tanto indeseable. Pero no me extiendo más porque ya no me queda espacio para seguir sustentando esta temática, pero les dejo la inquietud para lo que pueda ser de utilidad.


FUENTE: Milcíades Ruiz

TRIUNFO HISTÓRICO DE CUBA EN LA ONU CONTRA EL BLOQUEO IMPERIALISTA






Los tiranos llegan hasta el abuso extremo porque el poder absoluto les dota de impunidad. En las diversas instancias de gobierno la tiranía comete arbitrariedades, atropellos sangrientos inhumanos y crímenes sin castigo porque no hay poder superior que se lo impida. Así, muchos peruanos han sido asesinados por la tiranía fujimorista que tenía bajo su control todos los Poderes del Estado y todas las fuerzas de opresión incluyendo la mediática como ocurre en todo régimen totalitario.

Pero esto mismo sucede en el plano internacional cuando el país más poderoso impone sus caprichos, arbitrariedades y actos genocidas sobre otros países indefensos sin que reciba el castigo que se merece porque tiene un poder totalitario por encima de la Organización Mundial de las Naciones Unidas- ONU. Todos los países siguen las directivas y resoluciones de esta suprema autoridad planetaria pero no así los EE UU que veta y hace caso omiso de aquellas medidas que afecten sus intereses de dominio.
Por más de una veintena de veces la asamblea general de la ONU ha emitido resoluciones muy claras para que cese el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba y EE UU se sigue burlando de estas resoluciones. Frente a ello, Cuba no cesa de insistir presentando ante la ONU como ahora mismo, octubre del 2016, un proyecto de resolución denominado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba”. ¡Pero cómo!: ¿No era que EE UU ya dio por finalizado el bloqueo a Cuba reconociendo su fracaso?

Estábamos equivocados y somos víctimas de engaño porque no es como suponemos pues la prensa pro norteamericana nos informa tergiversando los hechos reales, pero la verdad es que el bloqueo sigue vigente con toda su fuerza. Nada sustantivo ha sido modificado y la apertura de relaciones diplomáticas o la visita de Obama a la isla, no significan nada al lado del desesperante bloqueo contra la isla. Hasta ahora, ni siquiera por turismo pueden los estadounidenses visitar la isla contrariamente a lo que creíamos.

Han pasado cerca de dos años del anuncio del presidente Obama (17 de diciembre de 2014) diciendo que era obsoleto el bloqueo contra Cuba y reconociendo que es un obstáculo para las buenas relaciones con América Latina y el Caribe. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Desde entonces, el gobierno de Estados Unidos multó a seis entidades estadounidenses y extranjeras por un valor acumulado de 2,835’007,975 dólares, por trasgredir el bloqueo contra Cuba. ¿En qué quedamos entonces?

El año pasado nomás el gobierno de Obama multó al banco alemán Commerzbank por mil 710 millones de dólares debido a realizó transacciones en dólares a clientes de Cuba. Y este año 2016, multó con 140,400 dólares a una empresa norteamericana alegando que una subsidiaria de WATG en Reino Unido, trabajó para una empresa árabe en el diseño y arquitectura de un proyecto de hotel en Cuba.

Así es la dominación de la tiranía norteamericana tras la hipócrita apertura. Es que hay una estructura jurídica montada a través de más de medio siglo que es de aplicación no solo en la jurisdicción del territorio de EE UU sino también en el mundo entero, afectando la soberanía de terceros países expuestos a las represalias de la dictadura norteamericana. Esta montaña jurídica contra Cuba sigue intocable y el cúmulo de leyes solo puede ser desmontado por decisión del Congreso de ese país. Mientras esto no suceda, el sufrimiento del pueblo cubano continuará porque prefiere resistir antes que abandonar su proceso socialista.

Los barcos cubanos no pueden acceder a puertos estadounidenses por las prohibiciones del bloqueo, como tampoco a la inversa y aunque los vuelos comerciales para viajes familiares se han reanudado y se ha permitido algunos servicios de telecomunicaciones de poco sirven si no tienen gravitación estructural en el bloqueo. No se puede importar alimentos ni medicinas ni se puede comercializar nada entre ambos países. Las inversiones de capital en la isla están prohibidas.

Por eso Cuba este año ha insistido ante la Asamblea general de la ONU demandando el cese del bloqueo y el 26 de este mes ha obtenido una votación abrumadora favorable sin ningún voto en contra pues todos los países del mundo, incluyendo Perú, han votado a favor. Por primera vez, tras 24 años de votar en contra EE UU se ha abstenido constituyendo un hecho histórico sin precedentes. Este es un triunfo político de la revolución cubana que se ha repetido durante un cuarto de siglo pero que a EE UU no le dado la gana acatar el mandato de la ONU como seguramente no lo hará ahora.

Es que, el objetivo de ese poder hegemónico no ha cambiado y sigue siendo la destrucción del socialismo en Cuba y toda la maquinación de aparentes aproximaciones está condicionada a esta meta. Durante más de medio siglo y a través de innumerables operativos EE UU no ha podido derrocar el gobierno encabezado por Fidel, incluyendo una serie de atentados personales, sabotajes, terrorismo blanco, etc. Pero no es que el imperialismo se haya rendido y nos haga pensar que dejará que Cuba siga en el socialismo por siempre.

El aparente cambio responde a un giro estratégico condicionado a que Cuba cambie de rumbo como ha sucedido con el bloque de la URSS y con la actual China. Esperan que esto se facilite con la muerte de Fidel y el trabajo de los “topos” que vienen introduciendo para ablandar la resistencia cubana. Confían que una especie de “perestroika” haga torcer el brazo a la revolución cubana. Con un cinismo que hace ruborizar a la estatua de la libertad, la tiranía norteamericana seguirá pidiendo mayores libertades políticas y derechos humanos rebuscados. ¿Caerán en la trampa nuestros compañeros de la isla? ¿Hasta cuánto puede aguantar la resistencia del pueblo de Cuba?

La situación es dramática ahora que Latinoamérica tiende a la derechización con el desgaste provocado de gobiernos populares. De allí la importancia salir de la indiferencia para no dejar que el abusador se salga con la suya. Nos indigna el abuso cuando vemos los maltratos a mujeres indefensas, el abuso de autoridad y las arbitrariedades por las que protestamos con marchas políticas pero ¿por qué no hacerlo cuando pueblos enteros son abusados por la tiranía del imperialismo yanqui?

Fidel y el pueblo cubano pueden estar seguro de nuestra solidaridad con la causa cubana a la que consideramos nuestra. Nos preocupa lo que pueda suceder en América Latina sin Cuba socialista. Pero sabemos que todo abuso acarrea rebeldía y esta nunca se acabará hasta que el principal enemigo de los pueblos de mundo sea derrotado. Tenemos confianza en la capacidad demostrada por los líderes cubanos en el manejo de situaciones adversas bajo el lema de “Patria o Muerte”.


FUENTE: Milcíades Ruiz

ESTAMOS PRESENCIANDO EL FIN DEL CAMPESINADO EN AMÉRICA LATINA




En América Latina y el Caribe, el nivel de urbanización alcanzó los valores más altos a escala global. El Programa de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas pronostica un grado de urbanización de 89% para el año 2050.

Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), publicado en la revista de ciencias sociales Nueva Sociedad, la pobreza alcanza a 182 millones de personas en la región, de las cuales 71 millones son indigentes. La mitad de todos los indigentes viven en zonas rurales, aunque solo el 22% de la población total es rural.

Javier Taks, antropólogo, docente e investigador de la Universidad de la República en Uruguay dijo a Sputnik que detrás de este fenómeno hay un cambio en la organización del trabajo en el medio rural. Señaló como principales causas el papel determinante del capital financiero y la organización de un sistema empresarial en la producción agropecuaria, así como la terciarización de los servicios y la fragmentación de los procesos de producción.

"Estamos viviendo cambios muy importantes. Los técnicos son la manifestación más explícita. Las biotecnologías, los transgénicos, el nuevo paquete fitosanitario [actividad relacionada con la prevención y curación de las enfermedades en plantas], todos ellos necesitan grandes extensiones de tierra y poca mano de obra. También en la ganadería, con la aparición de los feedlots [corrales de engorde de ganado] y otros modelos que ya no son de ganadería extensiva", dijo Taks.

Según el Banco Mundial (BM), la población rural mundial creció desde la década del 60. Pasó de 2.009 millones de personas a 3.379 millones en 2015. Sin embargo, en términos porcentuales se redujo considerablemente. Mientas hacia 1960 la población rural mundial representaba el 66% total, en 2015 ese porcentaje pasó a un 46%.

"Todas estas cosas hacen que el campesino, un sujeto con conocimiento global del proceso de agricultura y producción de animales de granja, vaya perdiendo terreno frente al capitalismo agrario que no precisa mano de obra asentada en el medio rural. Una actividad así, mucho menos orientada al lucro y la explotación, naturalmente va perdiendo terreno frente a la empresa capitalista", consideró Taks.

Según GRAIN, una organización internacional que trabaja apoyando a comunidades campesinas, el proceso de mecanización, junto a la especialización y adaptación de la agricultura a los monocultivos, en los últimos años se ha intensificado un proceso de "desmonte de la cultura" y de la "identidad de las familias campesinas".

"La urbanización se ha vuelto un riesgo para los ciudadanos" En la actualidad el medio rural alberga a cerca del 50% de la población global, mientras que el resto vive en territorios urbanos. Se estima que en el sector rural se concentran el 75% de los pobres del mundo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Pero la desaparición no es el único problema que enfrenta el sector. Según la OIT, en América Latina la pobreza entre la población rural bajó solo un 13% durante el período 2002-2011, pese a que durante estos años hubo un aumento de las agroexportaciones, un auge agrícola y un sostenido crecimiento económico en la región. Un informe conjunto del organismo con la CEPAL y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), concluyó que esta pobreza se asocia con la existencia de pequeños productores agrícolas de baja productividad y la mala distribución de tierras.



LA RESISTENCIA ES LO UNICO QUE QUEDA Y SU PAPEL EN ORIENTE MEDIO TENDRA QUE SER ESO





No existe posibilidad alguna de estabilizar la región de Oriente Medio sin que la presencia y la voz del Eje de la Resistencia, sea considerada y esté presente en la mesa de cualquier negociación.

El Eje de la Resistencia es una creación vital en Oriente Medio, conformado por la República islámica de Irán, el Movimiento Libanés Hezbolá, el Gobierno sirio, el Movimiento Yemení Ansarolá y otros grupos aliados en la lucha contra la entidad sionista y la injerencia occidental en Oriente Medio. Este Eje y los objetivos que persigue, van en el camino de ampliarlo al conjunto de la región y formar parte de las prioridades del mundo islámico, teniendo como centro a Palestina, la resistencia antiimperialista y la seguridad ante las agresiones de la entidad sionista.

El Triunfo de Hezbolá Contra el Sionismo Marca el inicio

Un Eje de la Resistencia, que tiene su génesis en el triunfo de las fuerzas de Hezbolá, que se enfrentaron con éxito a las fuerzas israelitas que pretendieron invadir El Líbano en julio del 2006. Una victoria significativa que avergonzó a las que se creía eran las invencibles fuerzas sionistas. Esto, unido a la participación en la defensa de Siria, de las fronteras de El Líbano tras el inicio de las agresiones en marzo del año 2011 y el apoyo decidido a la causa palestina muestra que “los logros de los miembros del Eje de la resistencia son la consecuencia de la resistencia y no rendirse ante los complots de los enemigos”, según sostiene Seyed Kamal Jarazi, Presidente del Consejo Estratégico de la diplomacia de Irán.

Hoy en un escenario donde la agresión de occidente – Washington, París y Londres principalmente - con la participación activa de sus aliados regionales – Turquía, Israel, Arabia Saudí y las Monarquías Ribereñas del Golfo Pérsico – se hace visible contra la República Árabe de Siria, contra Irak, Yemen, Baréin y Palestina, es imprescindible que el Eje de la Resistencia continúe su labor de defensa de las sociedades de Siria e Irak, que sume en esa defensa a las fuerzas aeroespaciales rusas, mantenga presente el apoyo en instancias internacionales a la lucha del pueblo palestino, que condene la agresión saudí contra Yemen y apoye activamente a los movimientos que buscan una salida al actual conflicto en ese país. Un Eje que día a día ofrece nuevos elementos, que simbolizan un trabajo de unión y búsqueda de perspectivas para los pueblos que lo conforman pero con un claro llamado a su ampliación.

La firma del Acuerdo nuclear o Plan integral de Acción Conjunta – JCPOA por sus siglas en inglés – entre Irán y el G5+1 en julio del año 2015 constituyó un enorme triunfo para el resguardo de la soberanía y la dignidad de Irán pero, al mismo tiempo reforzó las capacidades del eje de la resistencia, pues cambió considerablemente la postura que occidente tenía respecto a Irán y el cumplimiento de lo que se definió como la línea roja de su gobierno, amplificando sensiblemente el aumento de las capacidades de los países y movimientos que conforman este Eje, que se ha ampliado a partir de las acciones de defensa de su integridad por parte del gobierno iraquí y movimientos populares y organizaciones político-militares de este país, sumando a organizaciones palestinas, que demuestran su capacidad de adaptación y visión estratégica respecto al combate a las fuerzas terroristas takfiries y aquellos que las avalan.

El trabajo del eje de la resistencia es enorme, primero, pues se trata de combatir la hegemonía crónica de occidente, que se ha instalado en Oriente Medio en la búsqueda de satisfacer sus apetitos políticos y económicos. Como también, combatir el sionismo y sus afanes colonialistas, racistas y criminales contra el pueblo palestino y sus acciones desestabilizadoras permanentes. Se suma a ello la lucha contra las bandas terroristas, que con sus acciones han asesinado a cientos de miles de personas, desplazados millones de seres humanos, destruido ciudades e infraestructura vital de los países agredidos y al mismo tiempo sirven como excusa para presentar a quienes combaten el terror como los culpables de la situación de inestabilidad de Oriente Medio. La república de Irán y los componentes del Eje de la Resistencia han demostrado, a lo largo de estos últimos cinco años, que son los verdaderos garantes de una integración regional independiente del imperialismo y sus aliados sionistas y wahabitas.

A pesar del intenso bloqueo, un política de sanciones y cerco a Irán, que abarcó incluso el financiamiento de una guerra de agresión por parte del Irak dirigido, en ese entonces, por el fallecido Saddam Husein, que dejó cientos de miles de muertos. Intentos de desestabilización a través de las llamadas revoluciones de colores, el trabajo sistemático de originar caos y destrucción por parte de los organismos de seguridad de occidente, el asesinato de científicos nucleares iraníes y otra serie de tácticas criminales, Irán logró potenciarse y avanzar en forma autónoma desarrollando una industria nacional en todos los ámbitos, incluso el militar, que la tiene convertida hoy en una potencia regional con la que se debe contar sí o sí.

Es esta situación la que permitió a Siria, organizaciones populares palestinas y libanesas como el Movimiento Hezbolá crear una alianza político-militar que, dentro de sus mayores éxitos, estuvo en el derrotar al ejército sionista en El Líbano el año 2006. Que adiciona el tremendo trabajo destinado a combatir a Daesh, Fath al Sham, Ahrar al Sham, Al Qaeda y otros grupos terroristas salafistas. En el caso específico de Hezbolá, su combate decidido contra las posiciones terroristas ha impedido a estos grupos entrar en El Líbano, cortando sus líneas de apoyo logístico y asumiendo la defensa activa del territorio libanés, impidiendo el éxito de los planes sionistas de establecer una zona “tampón” desde el cual, con apoyo israelí las bandas takfirí atacarían la capital Siria. Hezbolá hoy, para el sionismo es una piedra en el zapato, un actor relevante que en modo alguno debe subestimar, so pena de encontrarse con una sorpresa mayor. El sionismo sabe eso, como también que junto a Irán son contendientes con los cuales tienen pesadillas.

Occidente y especialmente Israel temen la estatura militar, política y moral que ha alcanzado Irán en la región en su defensa de Siria, Irak y El Líbano, unido a su trabajo político permanente de defensa del pueblo palestino. Las autoridades de Teherán han sostenido, en todos los foros en que su voz se deja sentir, que están en condiciones de redoblar sus esfuerzos para impulsar planes de integración regional en la idea de construir estados soberanos, que política y culturalmente sean independientes de occidentes. Una idea, un llamado que deja fuera sólo a la entidad sionista. Objetivos que emplea sus fuerzas en la clara defensa de sus intereses, que impulsan a otorgar este apoyo decidido al gobierno de Bashar al Assad pues bien saben que si cae Siria los próximos en el objetivo de agresión son El Líbano, Irán y las acciones para seguir desestabilizando a Rusia, de allí la decisión de esta Federación de entrar de lleno en la guerra con el apoyo de sus fuerzas aeroespaciales cambiando la correlación de fuerzas en la región.

Estados Unidos, la OTAN y sus aliados incondicionales de Oriente Medio, ante esta amenaza a su dominio se han embarcado en una política de “demonizar a Irán” de catalogar a los miembros del Eje de la resistencia como entidades terroristas, con esa doble moral tan propia de la hipocresía de un occidente que se niega a perder sus privilegios a través de la acción de la Coalición árabe-occidental liderada por Estados Unidos y que cuenta con el apoyo de Estados Europeos, Turquía, Israel, Arabia Saudí y las Monarquías feudales del Golfo Pérsico. Una Coalición responsable del origen de la crisis en la región, de su prolongación, el aval y financiamiento de los grupos terroristas. Una Coalición cuyas acciones de combate contra el terrorismo takfirí han sido un fiasco, parte d una charada destinada a esconder sus verdaderos propósitos de desestbilización de los Estados árabes independientes.

Palestina Es el Eje de la Resistencia

Si bien es cierto la defensa de Siria e Irak contra la agresión terrorista y de la Coalición internacional, a lo que se une el apoyo a los movimientos populares en Yemen parecen ser el centro de la actual situación en Oriente Medio. Irán ha dejado claro que Palestina es y seguirá siendo el Eje de la Resistencia y ello no es negociable, en un marco donde varios de los países árabes que solían apoyar la causa palestina se han plegado a los objetivos de agresión de occidente, traicionado a sus propios pueblos, que ven en la resistencia palestina su propio esfuerzo personal de lucha contra los poderes de regímenes monárquicos corruptos y la presencia de un occidente que desprecia los valores y principios del Islam.

En la conmemoración del Día Nacional de Al Quds el pasado mes de julio, el presidente iraní, Hasan Rohani señaló “Nos han distanciado del ideal de la liberación de Palestina mediante la creación de discordias entre el mundo islámico, así como con el surgimiento de los grupos terroristas y Takfiríes en la región”, añadiendo que no existe otra opción más que la unidad y la resistencia, y la lucha contra los grupos Takfiríes. Esta conmemoración, cuyo origen se remonta al nacimiento mismo de la revolución iraní, por mandato del fallecido Ayatola Jomenini, ha permitido a millones de hombres y mujeres mantener viva la llama de la autodeterminación del pueblo palestino y al mismo tiempo levantar el nombre del Eje de la resistencia hasta las alturas que tiene hoy.

Un objetivo que año a año incrementa su llamado a unir las fuerzas de la resistencia contra el imperialismo, el sionismo y las doctrinas que traicionan el islam y a los pueblos. Esto, bajo la máxima, que “la única vía para hacer frente de manera victoriosa al régimen criminal e ilegitimo de Israel es seguir el modelo de resistencia de Hezbolá y Hamas y extender el discurso y la acción de la Intifada por toda la geografía palestina, en especial a Cisjordania, además de ofrecer apoyo material y psicológico a la resistencia antisraelí”.

Hoy, con un Israel definitivamente embarcado en una política de ocupación, sin vuelta atrás, ampliando sus asentamientos, asesinando al pueblo palestino, violando las leyes internacionales; una solución basada en la falsa idea de una entente cordial entre Palestina y la entidad sionista es simplemente una utopía, una trampa que busca garantizar la continuidad de la ocupación colonialista y criminal israelí en la tierras palestinas. En ese marco, el Eje de la resistencia tiene un papel fundamental de apoyar la lucha, por todos los medios, del pueblo palestino, como lo hace hoy por el pueblo de El Líbano, la sociedad siria, el pueblo de Irak y el apoyo a los esfuerzos del movimiento Ansarolá.

En una reunión efectuada en los campamentos de refugiados palestinos en El Líbano Mohamed Sadeq Jarazi, alto funcionario de la Vicepresidencia de Irán sostuvo ante miembros de la resistencia y ciudadanos palestinos residentes en El Líbano que el pueblo y las autoridades iraníes, particularmente Seyed Alí Jamenei consideran la resistencia palestina como una línea roja y una cuestión innegociable y que significa ayudar con todos los medios a la resistencia palestina”.

¿Significa ello que Irán podría incluso proveer armas a los palestinos en los territorios ocupados? Para el ex Ministro de Defensa Iraní, Ahmad Vahidi “se podría, fácilmente armar a palestinos en la Cisjordania Ocupada. La dotación de armas podría mejorar la eficacia de los ataques de represalia que realizan los palestinos sobre los israelíes e infligir más daño sin tener que sacrificarse. Somos testigos de una agresión sionista permanente donde el pueblo palestino, por carecer de medios y debido a las presiones trata de atropellar con sus vehículos a los invasores o se lanzan con cuchillos de cocina contra soldados y colonos armados hasta los dientes”. El militar de alto rango del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) afirmó que el pueblo palestino tiene suficientes motivos para llevar a cabo ataques de represalia contra los israelíes en una Intifada intensa donde los esfuerzos sionistas por someterla y silenciarla han fracasado.

Las declaraciones iraníes, en el sentido que Eje de la resistencia tiene en su centro a Palestina y que se está dispuesto y en condiciones de apoyarlo en su lucha contra el sionismo son de gran importancia. Ello, en momentos que gran parte de los gobiernos de los países árabes – comprometidos con occidente – en lugar de apoyar a sus hermanos palestinos, avalan, apoyan y financian a grupos terrorista takfirí y se embarcan ellos mismos en guerras contra pueblos árabes como Yemen, Siria e Irak. Esos gobiernos árabes en lugar de ayudar al pueblo palestino se han sometido al sionismo, apoyándolos abiertamente en la represión de las aspiraciones de autodeterminación del pueblo palestino. Eso es una vil traición. Hoy, sólo el eje de la resistencia ofrece un norte de dignidad frente a tanto atropello y tanta traición.

LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN NICARAGUA REPERCUTIRÁN EN TODA AMÉRICA LATINA



Rebelión

Candidatos de seis fuerzas se confrontan el próximo domingo 6 de noviembre en las elecciones presidenciales en Nicaragua. En las mismas se elegirán también los 90 diputados de la Asamblea Nacional así como los 20 representantes al parlamento centroamericano.

De las fuerzas que participan, tres son de orientación liberal, una conservadora, otra - la Alianza por la República- reúne a varias facciones de la antigua contrarrevolución y la Alianza Unida Nicaragua Triunfa, liderada por el gubernamental Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), está integrada por una quincena de partidos y organizaciones de los más diversos tintes políticos.

Los resultados de las urnas a las que se convocan a 3 millones 400 mil electores tendrán repercusiones internas y regionales. A nivel nacional, en tanto termómetro del respaldo con el que cuenta el sandinismo y cuyo candidato, el actual Presidente Daniel Ortega, aspira a un tercer mandato, acompañado por su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta. Un fuerte voto opositor o una abultada abstención podrían interpretarse como una condena a la actual política gubernamental.

En el marco geopolítico de un continente en el que la derecha neoliberal ha recuperado protagonismo en el último año –especialmente con Mauricio Macri en Argentina y con Michel Temer en Brasil- la victoria del FSLN constituiría un aval de importancia para gobiernos que apuestan a Estados sociales fuertes y que defienden una visión autónoma de Washington.

Oposición… a pesar de las encuestas y la calle

Las diversas encuestas indican desde hace ya varios meses al FSLN como neto vencedor. La simpatía política de sus candidatos supera el 70%, según el sondeo del Sistema de Monitoreo de la Opinión Pública (SISMO) presentado a fines de octubre por la firma M&R Consultores. Dicha previsión complementa la VI Encuesta Nacional Electoral en la que Ortega y Murillo logran el 64 % de la intención de voto, en tanto el partido gobernante alcanza el 58% de aceptación. El 37 aniversario de la revolución sandinista, el 19 de julio pasado, permitió medir el poder de convocatoria del FSLN: cerca de 350 mil personas se movilizaron en Managua y en otras ciudades y pueblos del interior del país.

Los indicadores de una casi cierta victoria sandinista pueden explicar porqué no se vivió en el país centroamericano una campaña electoral apasionada y activa como sucediera en comicios anteriores. El FSLN se confronta hoy a dos tipos de oposición. Una “light, protagonizada por las fuerzas que participarán el 6 de noviembre en la contienda. La otra, más virulenta, que llama a la abstención como sanción política.

“No reconoceremos los resultados de la farsa electoral ya en marcha. Demandamos nuevas elecciones con todas las garantías”, enfatizaba el Frente Amplio por la Democracia (FAD) en un reciente comunicado de prensa. El mismo fue publicado como reacción al acuerdo logrado entre el Gobierno nicaragüense y la Organización de Estados Americanos (OEA) en la tercera semana de octubre para “establecer una mesa de conversación e intercambio constructivo”. Proceso que incluirá la confirmada visita del Secretario General del organismo a Managua el próximo 1ero de diciembre y que no pone en cuestión la legitimidad de los comicios de noviembre.

Un sector de intelectuales opositores que elaboran la Revista envío, de la Universidad Centroamericana de Managua, señala en su número de octubre que “…Ortega fue el más activo deslegitimador de las elecciones del 6 de noviembre”. Y enumeran como argumentos: “buscar su tercera reelección en una contienda sin observadores, excluyendo de la competencia a la única oposición creíble, dejando participar solamente a partidos apermisados por él, con control total de las estructuras electorales, llevando como fórmula a su esposa como sucesora en el cargo y con resultados conocidos de antemano”.

Dos meses antes, a fines de julio, 28 diputados – 16 titulares y 12 suplentes- del Partido Liberal Independiente (PLI) perdieron sus bancas en el parlamento por decisión del Consejo Supremo Electoral. La oposición y la gran prensa internacional denunciaron entonces el “fin de la democracia” y el “Golpe de Estado al Poder legislativo”. Según portavoces sandinistas, la decisión del Poder Electoral fue resultado de una crisis con división interna de dicho partido opositor. La Corte Suprema de Justicia interpretó que esos curules pertenecían al partido por el cual fueron elegidos. El sector del PLI reconocido como “oficial”, dirigido por Pedro Reyes, pudo de inmediato nombrar sus propios diputados en reemplazo de los destituidos.

La Revista envío de octubre subraya también lo que considera como una seria advertencia de los Estados Unidos contra el Gobierno de Nicaragua. El 21 de septiembre, 435 legisladores demócratas y republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron la Nicaraguan Investiment Conditionaly, conocida como Nica Act, que condiciona préstamos de instituciones financieras a la realización de elecciones libres. La misma no fue aprobada todavía por el senado norteamericano pero queda planeando como una amenaza real contra Managua.

Alianzas amplias, infraestructura, crecimiento y programas sociales

Lejos de sorprenderse por la posición de los diputados norteamericanos, “que expresa el intento de una recuperación de hegemonía en Centroamérica, lo que me impactó positivamente fue la respuesta crítica de la gran mayoría de sectores nacionales, sea políticos, religiosos o empresariales, ante esa actitud norteamericana”, explica el sociólogo Orlando Núñez Soto, director del CIPRES (Centro para la Promoción, la Investigación y el Desarrollo Rural y Social) con sede en Managua y analista de la Revista Correo.

Un eje programático esencial del sandinismo en esta nueva etapa de gobierno es “la política interna de alianzas con todo el mundo, consciente que el piso de base del FSLN corresponde a un 35% del electorado”. Alianzas con diversos sectores políticos; con los movimientos sociales – que tienen una gran fuerza en el país centroamericano -; con las iglesias evangélicas y católica romana. “Quizás la más sobresaliente sea con el sector privado, es decir con las principales cámaras empresariales del país, incluyendo al capital extranjero…”, enfatiza Núñez.

¿El argumento y la necesidad de un acuerdo de esta naturaleza? “La evidente falta de capital que aqueja a los pequeños y medianos sectores empresariales así como al mismo Gobierno para gestionar su presupuesto”, responde.

En el balance retrospectivo desde la vuelta del FSLN al Gobierno, Núñez subraya los avances productivos y sociales. “El Gobierno sandinista heredó en 2007 el segundo país más pobre de América Latina, luego de 17 años de gobiernos neoliberales”. En la última década, “gracias a la cooperación de Cuba, Venezuela y los organismos internacionales, así como a las políticas públicas, el sandinismo logró aumentar un 40% el Producto Interno Bruto, manteniendo un promedio de crecimiento del 4.5% anual, más del doble de lo que ha existido en toda América Latina –a excepción de Panamá”. Con una particularidad, agrega: el 45% del PIB lo produce la economía popular. Nicaragua, enfatiza, logra ya su soberanía alimentaria dado la producción diversificada de alimentos, incluyendo una sobre producción de carne y leche que va para la exportación. Datos macros que se trasladan a la vida cotidiana: “avances en carreteras y electrificación que son altamente valorados por la gente. La educación y salud públicas y gratuitas. Planes sociales de impacto como Hambre Cero, Usura Cero, Bono Productivo etc. Y la alta seguridad ciudadana que marca la diferencia con respecto a países como Honduras, El Salvador o Guatemala, en una región en que se encuentra entre las más violentas del mundo”, enfatiza.

¿Podrá el sandinismo en las urnas y en la eventual continuidad de su gestión escapar a la contraofensiva neoliberal que toma fuerza en Latinoamérica?, preguntamos a manera de balance final. Sin duda, se trata de la excepción nicaragüense -y de una revolución singular- responde. Y ratifica los elementos que diferencian al sandinismo de otros procesos latinoamericanos en retroceso: “la amplitud de las alianzas para disputar la hegemonía y las instituciones públicas; una oposición dividida; nuestra particular forma de comprender e integrar el mercado; los avances macro de crecimiento que se traducen en la mejora de las condiciones de vida de toda la población”, enumera Núñez.


¿Fracasos o tareas pendientes? “Poder traducir mejor las conquistas, avances y particularidades del sandinismo en el plano internacional. Y despejar las interrogantes - al decir de algunos el “secreto” o la “fórmula”- sobre el caso nicaragüense, donde el sandinismo en vez de perder sigue ganando popularidad, a diferencia de lo que pasa en otros países latinoamericanos” donde se da un retroceso de los proyectos populares, concluye.

RUSIA YA NO ESTA SENTADO EN EL CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS DE LA ONU



Por primera vez desde 2006, Rusia no será miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU ya que ha sido superada por un estrecho margen por Croacia en una votación celebrada este viernes. Por otra parte, EE.UU. y Arabia Saudita han obtenido los votos necesarios para formar parte del organismo a pesar de las críticas de las organizaciones de derechos humanos.
 


En la sede de las Naciones Unidas se ha llevado a cabo la elección de 14 de los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos. Hungría obtuvo votos de 144 países miembros, frente a los 114 de Croacia y los 112 de Rusia.

El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, ha expresado la esperanza de que Rusia sea elegida como miembro del Consejo para los Derechos Humanos de la organización en la próxima votación en 2019.

"Nosotros llevamos en el Consejo varios años, estoy seguro de que la próxima vez entraremos", ha afirmado Churkin respecto a los resultados de la votación.

Justo antes de la votación varias organizaciones alzaron su voz de protesta al alegar las actividades rusas en Siria. Esta semana se había divulgado una carta firmada por unas 80 ONG que llamaba a no permitir que Rusia figure en el ente por sus acciones en Siria.

Arabia Saudita, un miembro con una reputación más que dudosa

Las elecciones se han llevado a cabo en un contexto de críticas por parte de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, que afirman que en el cuerpo internacional ha sido dominado por regímenes opresivos que buscan desviar las críticas e impulsar sus propias agendas.

Arabia Saudita ha recibido 152 votos en la votación regional de Asia. Esto significa que el país árabe estará presente en el UNHRC con China, Japón e Irak durante los próximos tres años.




Arabia Saudita ha usado sus influencias en el consejo para bloquear cualquier tipo de investigación proveniente del exterior y al mismo tiempo ha dirigido una resolución de manera exitosa en donde responsabiliza a Yemen, uno de sus aliados, de violaciones de los derechos humanos.

El Gobierno de Riad ha llevado a cabo 157 ejecuciones en Yemen tan solo en 2015, una cifra que podría ser superada este año. De igual forma, los críticos del régimen han tenido que enfrentarse a la detención indiscriminada y las mujeres no gozan con autonomía e igualdad ante la ley en el reino saudita.

En innumerables ocasiones Arabia Saudita ha impedido la visita de veedores del UNHRC que investigan los casos de tortura, injusticia y discriminación, e incluso antes de llevarse a cabo la votación dio a conocer un folleto para demostrar que no incurre en ningún delito asociado a la violación de los derechos humanos.


"Apoyamos el desenvolvimiento de la mujer en todos los niveles conforme a la leyes a la ley islámica, que garantiza la justa igualdad de género", señala la publicación.

HOY EN DÍA LAS CLASES DOMINANTES CONSTRUYEN NUESTRAS OPINIONES SIN OPONERNOS



"Si no estás alerta, los medios harán que ames al opresor y odies al oprimido"

Cuenta Rubén Montedónico, en un artículo titulado "La derecha y su uso de los medios", que para los grandes medios de comunicación el posible "enemigo a vencer" lo constituyen aquellos que se oponen a sus proyectos, se movilizan para impedirlos o, simplemente, se resisten.

El frente de batalla de las clases dominantes no es, en este momento, la represión abierta, es decir, la actuación directa de la fuerza represiva pública. Ese frente lo mantienen en reserva para cuando sea imprescindiblemente necesario. Hoy, la gran batalla la libran con sus "mass media": sus televisiones, sus radios y sus periódicos.

En la década de los 60 y 70 del pasado siglo, la utilización de los medios coercitivos del Estado era lo prioritario. Eran las herramientas que utilizaban en la línea de confrontación. Es cierto, no obstante, que en la utilización de ambas metodologías, la de ayer y la de hoy, el resultado final es siempre el mismo: el aislamiento de los resistentes del resto de la sociedad.

Hay que reconocer que en pocas décadas el dominio de la técnica de la comunicación por parte de las clases dominantes ha tenido un sensible avance. Los "especialistas de la comunicación" se apoyan en la premisa de que "al enemigo se le vence conociéndolo". Ese es un objetivo que no lograban cumplir en su integridad las fuerzas represivas tradicionales.

Uno de los recursos más socorridos por las oligarquías dominantes para defender la aplicación del capitalismo y sus sucesivas modalidades consiste en difundir en la sociedad la ilusión de que los ciudadanos tienen derecho a múltiples opciones informativas. Y es cierto, por otra parte, que muchos de ellos están firmemente convencidos de que realmente están disfrutando de tal "pluralidad". Se trata, obviamente, de una visión quimérica y fantástica construida por las clases hegemónicas.

Lo que hoy domina en las sociedades que se rigen bajo el sistema capitalista es, precisamente, la concentración de la propiedad de los Medios. Ello sucede en todos los países, y en España de modo particular. Pero quizá el paradigma de tal concentración se encuentre en los Estados Unidos, donde sólo seis grupos empresariales - seis - detentan el control de todos los contenidos de la información. Esos conglomerados se llaman Viacom, Disney, Time Warner, General Electric, CBS y News Corporation, que dominanel 90% de los medios estadunidenses. Pero hay algo todavía más importante: la proyección de esas empresas sobre la comunicación mundial es casi total. Los medios europeos, y particularmente los españoles, se nutren fundamentalmente de la información que proporcionan.

Publicaciones tales como Financial Times, The Economist y Wall Street Journal son traducidas y reproducidas en todos los periódicos, radios y televisiones del planeta. Sus editoriales y artículos destacadados marcan la actualidad de la prensa y de los noticiarios televisivos del resto de los países capitalistas. Nuestros "tertulianos" , por ejemplo, se nutren de las informaciones e interpretaciones emitidas por esas compañías para luego realizar las "suyas" propias. Todo ese caudal informativo termina, finalmente, en el vertedero de la "opinión publicada", del cual se alimentará usted para construir " su propia" opinión, sobre los más diversos temas.

Posiblemente usted no conozca nada sobre la historia, la multietnia o los conflictos actuales por los que atraviesa Siria, pero la cadena de mensajes concatenados que acabamos de describir y que termina llegándole, le permitirá decir con la mayor soltura, por ejemplo, que "Al Assad es un dictador al que los demócratas de ese país están tratando de derrocar". Aunque ello pueda luego contrastar con su rechazo del yihadismo ultraconservador que pone bombas en Europa.


Nos tememos que para que usted pueda descubrir dónde se encuentra su paradójico posicionamiento tendrá que consultar, por su cuenta, algunos datos sobre Siria. Aunque ello le vaya a costar algún esfuerzo, valdrá la pena. Cuando descubra cual es el origen de sus actuales opiniones, se sentirá más libre. Por primera vez habrá logrado construir su propia opinión. Que no es poco.

"GADAFI FUE REVENDIDO ENTRE LAS PANDILLAS OCCIDENTALES Y HOY NOS CUENTAN OTRAS COSAS PARA ESCONDER LA VERDAD"



Se necesita una investigación rigurosa para esclarecer las circunstancias de la muerte de Muamar Gadafi, afirmó el presidente del Comité de Solidaridad con los pueblos de Siria y Libia, Serguéi Baburin, citado por RIA Nóvosti.

El líder libio Muamar Gadafi fue asesinado el 20 de octubre de 2011 en las afueras de su ciudad natal, Sirte. El convoy en el que intentaba escapar de la ciudad asediada fue ametrallado por aviones de la OTAN. Poco después Gadafi fue capturado y asesinado por los combatientes del Consejo Nacional de Transición. Su cuerpo mutilado fue expuesto a la vista de todos en la ciudad de Misurata y luego enterrado en un lugar secreto en el desierto.

"Tenemos que buscar la verdad sobre la captura y la muerte de Gadafi. ¿Acaso todavía hay gente ingenua que cree que Saddam Hussein se escondía en un sótano y que Gadafi fue capturado por los rebeldes? Lo que nos muestran son nada más que simulacros", indicó el experto durante una conferencia de prensa del grupo mediático Rossiya Segodnya dedicada al quinto aniversario de la muerte de Gadafi.

Además, Baburin expuso que "los rebeldes nunca habían liberado la ciudad de Trípoli". Según destacó, fueron fuerzas especiales de Francia e Italia las que "tomaron la ciudad y mataron a los soldados del ejército de Libia y a los testigos de su invasión", la cual culminó en la captura del propio líder libio.


"Que nos cuenten cómo [Gadafi] fue revendido entre las pandillas que luchaban por el derecho de matarle", subrayó Baburin además de añadir que espera "que la verdad se preserve para las generaciones futuras". Asimismo, el experto apuntó que en la actualidad Libia no existe como un estado integro. Las numerosas tribus, unidas en una nación durante el gobierno de Gadafi, luchan entre sí mientras los políticos occidentales siguen realizando su plan de separación del estado en unas entidades dispersas. El Gobierno en Trípoli no es capaz de ejercer control sobre todo el país, detalló. "Es un bandidismo internacional moderno encubierto por aquellos líderes de Francia, Italia, EEUU y otros países que realizaron la intervención en Libia", concluyó.

“CON EL ENGAÑO POPULISTA ARRUINAN NUESTROS PAÍSES Y ¿CÓMO RESCATARLOS?”



La decisión de leer y comentar un libro que sustenta ideas antagónicas a las propias puede basarse en que se lo considere un trabajo de singular rigor intelectual, elevado exponente de posiciones a las que se quiere comprender más a fondo, someter a análisis crítico y eventualmente refutar, con la aspiración a hacerlo en un nivel acorde con el de la obra que se aborda.

Otra posibilidad es que no se lo juzgue un trabajo dotado de intrínseca relevancia, pero haya tenido una gran difusión, tanto por lectura directa como por repercusiones mediáticas, y ponerlo en discusión implique el objetivo de atraer la atención de un público más amplio, y el ingreso a la disputa sobre el sentido común predominante en torno a los temas tratados.

No creo que esta obra, escrita por un chileno y una guatemalteca, jóvenes ambos de menos de 35 años, con trayectorias ligadas a polémicas públicas, 'think thanks' y acciones mediáticas, acompañada por un paso de ambos por universidades europeas de renombre, contenga aportes conceptuales originales e importantes. Tampoco pareciera destinada a constituirse en un fulgurante éxito de ventas que estimule por sí solo el salir al cruce de sus planteos.

¿Por qué entonces ocuparse de este libro? El motivo plausible es el de ser un escrito sumamente representativo del tipo de polémica intelectual y política que la derecha latinoamericana desea llevar a cabo en estos años, y en particular a la construcción, dándole una amplitud tan extensa como conveniente para sus fines, de la noción de “populismo”. Noción que se diseña del modo más apropiado para convertir ese término en una baza central para mejor impulsar la demonización de todas aquellas corrientes políticas y teóricas susceptibles de confrontar con las orientaciones más radicales del liberalismo económico y político. Así quedan etiquetados como populistas, Fidel Castro y los líderes de los fascismo europeos, por ejemplo. Pero sobre todo, se hace un martilleo constante sobre la vinculación entre “populismo” y socialismo, entre las ideas de Marx y la de los presidentes latinoamericanos de los primeros años del siglo XXI. El propósito debería ser transparente, construir y consolidar un “espantajo” que condene a toda idea real o supuesta portadora de cuestionamientos al predominio absoluto de las reglas del capitalismo.

Tal como en las décadas que van de los 50′ a los 80′ el rótulo de “comunista” podía ser extendido hasta los límites de lo imaginable para condenar al adversario permanente u ocasional, el de “populista” cumple en los últimos años, sobre todo pero no sólo en nuestro continente, un rol similar. En realidad la descalificación se extiende a un exponente situado fuera de nuestro continente: El partido española “Podemos” y su máximo dirigente Pablo Iglesias. Los griegos de Syriza ocupan un lugar mucho menor. Nada casualmente no se ocupan los autores del Frente Nacional francés, del UKIP británico u otras expresiones que pueden ser consideradas como “populismos de derecha”. El implícito parece claro: Quizás los “apóstoles de la libertad” necesiten en un futuro de esas expresiones antiinmigratorias, racistas, furiosamente antisocialistas, como en otras etapas de su historia, y por tanto no están dispuestos a enfrentarlos. Sí lo hacen con Podemos, que incurrió en insolentes reivindicaciones de la Venezuela chavista y con múltiples recaídas en el “igualitarismo”, y se permite postular regulaciones estatales sobre el poder del capital.

No hay en estas páginas mayor preocupación por la precisión teórica del término, el empeño está puesto en extender su alcance hasta cubrir todo lo que pueda ser asociado como vituperable para el sentido común convencional. La “recalificación” del líder revolucionario cubano es un ejemplo palmario. Quien siempre fue un “tirano comunista” para todos los aliados de Washington, es reconvertido en “jefazo” del populismo, transparente modo de hacer converger los esfuerzos de medio siglo de empeños macarthistas con la mucho más reciente “cruzada” antipopulista, que se ha convertido en una “voz de orden” más actual y de potencial redituable en términos políticos.

El tratamiento contenido en el libro enlaza con una vasta tradición de la derecha del continente y del mundo. La genealogía de muchos de sus planteamientos se remonta, y a menudo eso se hace explícito, desde los liberales ingleses del siglo XVIII, para llegar hasta el pensamiento hegemónico en los EEUU de la época de la guerra fría. Valga como ejemplo que el economista liberal Friedrich von Hayek es una de las “autoridades” más citadas a lo largo del libro. Para mejor cohonestar esa extensa genealogía, se rechaza con insistencia la denominación “neoliberalismo”, para cobijarse en la designación de “liberalismo clásico”, en un derrotero histórico que va desde John Locke y Edmund Burke hasta “papers” recientes de intelectuales del establishment, norteamericanos, europeos y de nuestros países. No por azar Mario Vargas Llosa y Enrique Krauze aparecen en la contratapa, con su firma en sendos elogios breves del libro. La derecha latinoamericana acude a la cita.

Frente a ese pensamiento de la “libertad”, presentado como único promotor de la riqueza y de los “auténticos” derechos y libertades, se erige en contraposición el identificado como “anticapitalista”, “autoritario”, eterno responsable de la miseria y los “totalitarismos”. Y allí la carga va contra la tradición que hacen partir de Rousseau y de los jacobinos franceses para incorporar a la misma en el presente a Chávez, Morales o Bachelet. Todo lo que rezume algún tinte de “igualitarismo”, esboce algún concepto de “justicia social” o plantee algún funcionamiento democrático que exceda el sufragio periódico, cae en la condena inexorable. Por supuesto es integrada a ese “polo negativo”, en lugar destacado, toda la tradición mundial del movimiento obrero y el socialismo desde el siglo XIX hasta la fecha, sin condescender al menor rescate, por parcial y limitado que fuera, de sus ideas y acciones. La asociación de los términos “socialista” y “populista” se repite hasta la extenuación a lo largo de todo el texto. Y como resulta previsible, Mussolini y en particular Hitler, son incorporados a ese universo, y para mejor contribuir al propósito de impartir generalizado desprestigio, se señalan los elementos de retórica “anticapitalista” o “socialista” escandidos por el nazismo, cuya profunda imbricación con los intereses del gran capital nadie podrá sospechar leyendo estas páginas. Lo que se pretende inducir es muy claro; toda crítica al capitalismo, incluso las parciales y condescendientes, conducen más temprano que tarde a un sendero “totalitario”.

Del “mundo de las ideas” nuestros autores descenderán al de los veloces análisis económicos y políticos donde, en clave de rigurosa dicotomía, describirán los éxitos pasados y presentes de las sociedades “liberales”, para contraponerles la reducción a la pobreza y la esclavitud política a la que han llevado las experiencias “populistas” y “socialistas”. El requisito previo será el rechazo a la existencia de cualquier relación entre los “éxitos” de unas y el “fracaso” de las otras, comenzando por la idea de que el pago de las deudas externas, la extracción de dividendos y fugas de capitales, o los “sabotajes” más variados a la estabilidad económica y política de los gobiernos considerados “indeseables” guarden la menor relación con ellas, o siquiera existan. Toda insinuación de que el gran capital de escala mundial tiene algo que ver con las “desgracias” de nuestros países es presentada como un demagógico empeño en echar afuera las culpas, un artero intento de responsabilizar a poderes externos de las catástrofes provocadas por las políticas, por supuesto, “populistas o socialistas”. El señalamiento de la concentración de la riqueza y el poder en manos de las clases dominantes son excusas para “sembrar el odio” artificialmente, y construir la imagen de un “antipueblo” ficcional, utilizado como coartada para los abusos de los gobernantes “populistas”.

Por el contrario, ha sido el abandono del “camino correcto” del absoluto “libre albedrío” del capital, el que conduce a la ruina. Así se afirma sobre Argentina. “La elección del general Juan Domingo Perón, un fascista, terminaría por sepultar definitivamente una proyección que pudo haber sido gloriosa.” Y en esa línea, se lanza una afirmación general sobre el “populismo argentino” de la actualidad: No es entonces, como creen algunos, que…carezca de fundamentos ideológicos y se trate solo de estrategias de poder. Más bien se encuadra en las estrategias de dominación cultural que planteó el socialismo del siglo XXI.” (p. 112) Y en contraposición, el virtual milagro chileno: “…a diferencia de Argentina, que jamás logró recuperarse, Chile realizó una revolución en las décadas del 70, 80 y 90 que lo hizo regresar a sus orígenes liberales, convirtiéndose en el país más rico, próspero y con la democracia más sólida de América Latina.” (p. 118) El crecimiento de la desigualdad, la disminución del acceso a los bienes públicos, el deterioro medioambiental, son factores que en nada empañan el éxito del “modelo chileno”. Tampoco el liberalismo republicano de Kaiser y Álvarez se siente molesto porque el singular éxito haya sido inaugurado por los largos años de la dictadura de Pinochet.

La complacencia hacia las experiencias dictatoriales, con tal de que den lugar al “progreso” deseable, coexiste con el repudio a “la izquierda gobernante” (la de hoy en Chile): “escudada en el manto de moralidad de la causa igualitarista, volvió a polarizar el ambiente, a utilizar la retórica populista de buenos contra malos, el odio de clases y la lógica del pueblo y antipueblo.″ (p. 118)

El desarrollo del libro remite todo el tiempo a la preocupación por sostener la batalla por el “sentido común”. Pero, con buen criterio, los destinatarios inmediatos no son tanto sus portadores, la gente “de a pie” sino quienes pueden tener influencia en su conformación. Se parte del supuesto de que las ideas “de izquierda”, “socialistas”, “populistas”, según se las alude en uno u otro pasaje, son hegemónicas en las universidades y diversos ámbitos culturales de nuestro continente, y que resulta imperioso contrarrestar y desplazar esa hegemonía para construir un nuevo sentido común, republicano y liberal. Y desde ese supuesto se invita a la disputa, a tomar las ideas de Gramsci para reutilizarlas desde el ángulo de la defensa y promoción del “liberalismo clásico.” Esta obra puede ser leída también como una exhortación a las personas de pensamiento liberal, y a los grandes empresarios en particular, a asumir lo que llaman “la lucha por la hegemonía cultural”, y a promover universidades privadas, institutos de investigación, medios de comunicación y emprendimientos en redes sociales que den la batalla contra los “profetas” de cualquier modalidad de “intervencionismo”,“redistribucionismo”, “ampliación de derechos”, “proteccionismo”, “incremento de las regulaciones”, y cualquier otra de las formas discursivas y de políticas públicas que pueda asumir el monstruo de mil cabezas al que dicen combatir.

Para ese objetivo de transformación ideológica, el tercer y último capítulo, “Cómo rescatar nuestras repúblicas”, postula la necesidad de no descansar sobre la argumentación racional, sino dirigirse hacia la modificación de los componentes emocionales que explicarían en buena parte el arraigo de las creencias “socialistas y populistas”. Se trataría de que “La inteligencia emocional en este contexto implica trabajar con imágenes, lenguajes y formas que hagan el mensaje de los partidarios de la sociedad abierta llamativo para la mayoría, pero siempre cuidando la honestidad intelectual y resguardando la verdad.” (p. 178). El propósito es sin duda compatible con la orientación gramsciana. Tornar comprensible y convincente al pensamiento, sin resignar rigor conceptual. Este último será necesario para sostener las “buenas ideas”, mientras que los desvaríos “populistas” pertenecerían a una esfera de vidriosa calidad intelectual. “La mentalidad igualitaria y la de mercado son tratadas por dos psicologías o sistemas distintos,…la igualitarista por un sistema ‘intuitivo y universal’, la de mercado por uno ‘refinado y cultivado’. (p. 180) De ese modo, quien comulga con creencias igualitarias, proteccionistas, reguladoras, etc. es una suerte de “mal salvaje”, a quien el bien de la humanidad indica que debe ser “guiado”, por los seres racionales y cultos, que en tanto que tales son siempre partidarios de la “libertad económica” y de las versiones más restringidas de la democracia representativa.

No habría que simplificar afirmando que el pensamiento reflejado en este libro es, sin más, el predominante en las derechas latinoamericanas y entre los dueños del gran capital. Es más bien un programa “de máxima”. Hay sectores de la gran empresa o vinculados a ella que no consideran factible la aplicación plena de esos objetivos, al menos no en el corto plazo. Existen también los que ni siquiera la consideran deseable y abogan por variantes más “sustentables” en términos sociales y políticos. Pululan los “pragmáticos” que se inclinan a mayores o menores dosis de “libre mercado” según los momentos y sus intereses concretos. Más allá de inclinaciones intelectuales y políticas, vastos sectores del gran capital trasnacional y local supieron hacer grandes negocios en coexistencia, e incluso en “sociedad,” con gobiernos “populistas”, en lugar de dedicarse por entero a combatirlos.

Pero sí el de los autores de esta obra es el lenguaje de los momentos de más firme “ofensiva” del gran capital, constitutivo del discurso apto para el rechazo de la menor limitación o cortapisa a sus posibilidades de obtención de ganancias, para lanzarse a la destrucción de derechos sociales y laborales que dificulten la explotación de los trabajadores, para reorientar las fuentes de recursos del estado hacia el endeudamiento y no a los impuestos, para dirigir el gasto público al servicio directo de sus oportunidades de negocios y de la provisión de la infraestructura necesaria para los mismos, con la correlativa disminución del empleo público, el “gasto social” y de aquellos subsidios que no contribuyan a su beneficio inmediato. El de Álvarez y Kaiser es el pensamiento de la “mercantilización” universal, para el que hasta la salud y la educación se convierten en “bienes de consumo” plenos, y no existe ninguna consideración económica, estratégica o de “bien común” que justifique que lo que pueda ser una empresa capitalista esté en manos del Estado o de cualquier ámbito no guiado por el propósito de obtención de utilidades. Todo sobre el telón de fondo del abandono de toda idea “igualitarista” o “colectivista”, lo que implica el combate activo contra cualquier grado de confianza puesto en la acción colectiva, la organización social o la militancia política. Sólo el esfuerzo individual, el espíritu “emprendedor” la voluntad de “autoayuda”, son las vías para el triunfo del individuo, el que, como “enseñó” Margaret Thatcher, existe en la realidad, en contraposición a la ficción denominada “sociedad”.

El libro refleja en cierto modo el que vastos sectores de la derecha de nuestro continente entienden que están ante una oportunidad histórica para instaurar nuevamente un “pensamiento único”, en el que ya no se discutan sino las herramientas “técnicas” para mejor favorecer los intereses del gran capital, aceptado como portador exclusivo del progreso económico, social y cultural. El ciclo abierto por el proceso venezolano sobre el final del siglo XX y ampliado con diferentes modalidades a varios países de América Latina, constituyó en primer lugar una sorpresa para el mundo de la gran empresa, acunado en los años 90 por el villancico del “fin de la historia”. Y el asombro se trocó en pesadilla, en la medida en que el vuelco hacia políticas con aspiraciones de autonomía internacional y algún grado de “justicia social” se reveló duradero y, para peor “contagioso”. Acontecimientos como la profunda crisis venezolana y el triunfo electoral de Mauricio Macri en Argentina los han vuelto a una vigilia de esperanza. Kaiser y Álvarez son exponentes “2.0″ del programa de los años 90‘, ahora en manos de nuevas generaciones de nativos digitales que aspiran a terminar para siempre con las “lacras del siglo XX” y colaborar con el establecimiento de una hegemonía capitalista en la que la política y el auténtico debate de ideas hayan dejado finalmente de existir, y los “ciudadanos” se hayan resignado de modo irrevocable a la más profunda y schumpeteriana apatía política, con el voto desganado cada dos o cuatro años como único momento para levantar la vista más allá del horizonte individual y familiar, guiado en primer lugar por las aspiraciones de consumo.

La experiencia histórica indica que los espera una nueva frustración, y las palabras “imperialismo”, “explotación”, “clases dominantes” seguirán resonando en el lenguaje de las ciencias sociales y la actividad social y política de nuestro continente y del mundo. Y que las luchas colectivas siguen cauces que ni todos los millones de dólares de think tanks y consultoras pueden detener u obturar. Al llamado a rescatar a nuestros países de la “amenaza populista” no le cabe otra respuesta que la convocatoria a la lucha, frontal, integral, sin concesiones, contra el universo de desigualdad, injusticia y destrucción general, en nombre de las ganancias empresarias, que nos proponen los renovados apóstoles del “republicanismo”, dispuestos como siempre a arrasar con todos y con todo lo que el interés del gran capital exija. Ellos son, siempre lo han sido, los que pavimentaron una y otra vez su camino con millares de cadáveres de trabajadores y pobres. Por fortuna, la historia no ha terminado. Y habrá que retomar la proclama, una vez más, de “socialismo o barbarie”.

 FUENTE: Daniel Campione