Fiorella Nolasco: “Todo lo que hago es por Áncash, que ya no
quiere más violencia y asesinatos”
La última conversación que Fiorella Nolasco Blas tuvo con su
padre fue para contarle sobre su problema para matricularse en la universidad.
Por falta de dinero, ella había solicitado una semana de plazo para regularizar
el pago del nuevo semestre. No le fue nada bien. “No me quisieron apoyar”,
cuenta.
Fiorella estaba en Chimbote cuando se enteró de que su papá
había sido asesinado por sicarios. En un primer momento se aferró a la
esperanza de que fuera un error. Sin embargo, la noticia se confirmó en horas
de la noche.
Fiorella, veinte años, viste de negro, como su mamá, Martha,
y su hermana de once años. “No he tenido tiempo ni para respirar”, dice. La hija
de Ezequiel Nolasco se sienta a la mesa y responde las preguntas de los
periodistas, con paciencia. Llegó a Lima el pasado domingo y ya se reunió con
el presidente del Congreso, Fredy Otárola, y con el ministro del Interior,
Walter Albán.
Le han prometido apoyo. Espera que esta vez sí sea verdad.
Tiene dudas razonables. Recién ayer supo que su papá, mediante un oficio
entregado al Ministerio del Interior, había pedido, implorado seguridad para él
y su familia. Su asesinato pudo y debió evitarse. Fiorella lo sabe bien.
Nueva vida
Fiorella quiere convertirse en ingeniera civil. La
universidad que primero le negó ayuda le ha ofrecido una beca después de la
tragedia, pero ahora no tiene cabeza para pensar en ello. Su prioridad es la
búsqueda de justicia. “No pienso dejar la lucha”, comentó a La República
mientras tomaba un respiro en medio de una agotadora jornada.
Empezó a las once de la mañana con una conferencia en el
Congreso. Después asistió invitada a la Comisión de Seguridad Ciudadana. Ahí
estaba presente el congresista Heriberto Benítez, de Solidaridad Nacional, a
quien se le relaciona con el presidente regional de Áncash, César Álvarez,
enemigo político de Ezequiel Nolasco. “Todo el tiempo le busqué los ojos. Nunca
se atrevió a mirarme”, aseguró Fiorella.
Uno de los recuerdos más vivos que tiene Fiorella de la
relación con su padre es cuando ella lo acompañaba a sus reuniones de
Construcción Civil. Desde muy niña asistió a movilizaciones y paros. Por eso no
se siente fuera de lugar ahora que le toca liderar la indignación de los
ancashinos frente a la violencia que desangra la región.
Fiorella ya había perdido a su hermano, en el 2010, en un
primer atentado. Le rogó a su papá abandonar Áncash, empezar una nueva vida en
otro lado, quizás aceptar la oferta de trabajo proveniente de Ucayali. Él se
negó, no quería dar la impresión de que se había vendido.
La hija de Ezequiel Nolasco habla con firmeza. Su abogada la
acompaña. A veces la voz se le quiebra, pero inmediatamente se recupera. “Mi
papá me enseñó a enfrentarme a la vida. Algunos nacen en cuna de oro, la
mayoría no. Estoy acostumbrada a pelear”, señaló Fiorella.
Su vida corre peligro. Un par de días después del entierro de
Ezequiel Nolasco, recibió, en cuestión de horas, cinco llamadas. Le exigieron
dinero a cambio de dejar en paz a su familia.
El 7 de abril, la Comisión de Fiscalización sesionará en
Áncash. El integrante de ese grupo de trabajo Juan Díaz Dios adelantó que
participarán, además, el fiscal de la Nación, José Peláez; el director general
de la PNP, Jorge Flores Goicochea, y el contralor general Fuad Khoury.
Fiorella reconoce su gran cansancio. No ha parado en toda la
semana. Solo tiene palabras de agradecimiento para los ancashinos que la han
acompañado en las calles y ayudado económicamente.
Un nombre le hace torcer el rostro, el de Álvarez. El
presidente regional le ofreció su apoyo. La llamó “hija”. Le sonó a insulto, a
una mala broma. “Yo solo tengo un padre y está vivo en el pueblo”, afirmó.
Fiorella jamás quiso llamar tanta atención. No por razones
tan tristes, al menos. “Lo que hago, lo hago por todo Áncash, que ya no quiere
más violencia, ni asesinatos”, comentó. Su obsesión por una pronta justicia es
el nuevo motor que mueve su joven vida.
Fiorella contará con seguridad policial
El ministro del Interior, Walter Albán Peralta, dispuso que
la Policía Nacional brinde seguridad a Fiorella Nolasco, quien ha denunciado
amenazas contra su vida. Los efectivos a cargo serán enviados a Chimbote y se
pondrán inmediatamente a disposición de Nolasco.
Albán recibió el lunes en la noche a Fiorella y a su madre
Martha. Les aseguró que la policía impulsará una investigación a fondo para
esclarecer el crimen.
El ministro precisó que el equipo policial que trabaja en la
investigación no ha limitado su labor a Huacho (en donde Nolasco fue
asesinado). También se realizan investigaciones en Chimbote.
Igualmente se ordenó reforzar la seguridad del congresista
por la región Áncash, Modesto Julca, uno de los principales críticos del
presidente regional, César Álvarez.
Escribe: Enrique Patriau
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