¿CUÁL ES LA TOLERANCIA QUE REQUERIMOS FRENTE
A LOS NUEVOS DESAFÍOS?
Una nueva
concepción pluralista de la tolerancia es "tolerancia pública" de
aquel conjunto de diferencias colectivas representativas de los nuevos grupos e
intereses que se han desarrollado durante los últimos tiempos en las
democracias. Esto es importante porque, a pesar de la existencia del Estado de
derecho heredado del liberalismo, en el régimen democrático actual aún existen
grupos sociales que son considerados "diferentes" y son excluidos o
discriminados sobre la base de prejuicios. Por lo tanto, la concepción
pluralista se refiere a los comportamientos y las prácticas que en una
democracia vulneran los derechos de las nuevas identidades colectivas que son
débiles en la esfera pública. Aquí la tolerancia no aparece ya como un mero
cálculo político, como una razón de mera prudencia política o como un discurso
sobre la posesión de la verdad; aquí la tolerancia aparece, como la elección de un verdadero método
universal (o que por lo menos debería tener un valor universal) de convivencia
civil que se aplica en todos los ámbitos de la vida social.
Al
respecto debemos recordar que toda convivencia política de carácter democrático
se basa en un compromiso representativo del consenso y del disenso.
Reconociendo estas dos dimensiones de la vida políticamente organizada
podríamos afirmar que, desde una perspectiva pluralista, la tolerancia encarna
un modus vivendi y una "contraprestación" que se reflejan en una relación
de reciprocidad e intercambio. Una vida democrática organizada a partir de una
concepción pluralista de la tolerancia tendría por fundamento recuperar la
validez del "diálogo democrático" y del "método de la
persuasión", respecto al método de la coacción o al de la fuerza, pero
aplicándolos en la mayoría de las esferas de la vida social. En este sentido,
aquello que nos permite caracterizar a una concepción pluralista de la
tolerancia sería una nueva concepción en donde ésta se aplica a la gran
variedad de actividades extrapolíticas que se considera que pueden convivir en
una sociedad. El valor político de esta concepción reside en que configura una
coexistencia cooperativa entre los diversos grupos que habitan en las
democracias contemporáneas. Representaría aquello que ha denominado un consenso
por intersección, el cual estaría ilustrando aquel conjunto de principios y
valores que modelan las instituciones de base de una "sociedad
justa". En el esquema propuesto por este autor, tal tipo de sociedad es
representado por un sistema de cooperación, estable en el tiempo, que se
desarrolla entre ciudadanos considerados libres e iguales.
En esta
lógica, la concepción pluralista de la tolerancia se traduciría en un
comportamiento activo de confianza en la razón o, más correctamente, en la
racionalidad del otro. Una sociedad fundada en la tolerancia estaría
representada, en pocas palabras, por una concepción de la vida del hombre en la
democracia en la que éste no sólo es capaz de esforzarse por alcanzar sus
propios intereses, sino también de considerar sus intereses a la luz del
interés de todos. Dicho más esquemáticamente, si en la concepción tradicional
de tolerancia aparecía el dilema: "mi libertad termina en donde empieza la
tuya", en la interpretación pluralista que ahora se discute el principio
de convivencia se ha transformado, estableciendo que "el ejercicio de mi
libertad y mis derechos se convierte en una condición para el ejercicio de tu
libertad y tus derechos".
De
acuerdo con cuanto hasta aquí hemos sostenido, la tolerancia debe constituirse
en un método universal para la convivencia civil. En efecto, una concepción
pluralista de la tolerancia hace hincapié no en la exclusión, sino en la
inclusión del mayor número de iniciativas y puntos de vista en la construcción
democrática. Podríamos concluir señalando que la tolerancia, en síntesis, es un
conjunto de principios de la convivencia civil que están representados en la
famosa expresión de Aristóteles según la cual el hombre es un zoon politikón,
es decir, un ser que aspira a la asociación urbana o, dicho más simplemente, un
ser que aspira a ser un ciudadano.